Ocho muertos en un choque frontal de trenes en Bélgica
Un maquinista se saltó un semáforo en rojo
Es el segundo accidente de trenes de pasajeros en Bélgica en menos de un año, y tiene lugar en pleno debate sobre las garantías de seguridad del ferrocarril en la Unión Europea.
Los vecinos de la pequeña localidad belga de Précot, situada a 20 kilómetros de Bruselas, cuentan que se escuchó 'un brutal estruendo'. 'Pensé al principio que era una explosión de gas, pero después pensé que era la hora a la que pasa el tren de Lovaina', declaró una vecina. La fachada posterior de su casa se encontraba a apenas 20 metros del lugar del accidente, debajo de las vías de la línea Lovaina-Wavre-Ottignies. Los habitantes reaccionaron rápidamente en auxilio de los viajeros que estaban vivos, anticipándose a la llegada de los servicios de emergencia. Los bomberos se pusieron luego a trabajar para sacar entre el amasijo de hierro a las víctimas. En total se contaban ocho muertos, entre ellos un niño de 13 años. Los dos maquinistas de la Sociedad Nacional Belga de Ferrocarriles (SNCB) y uno de los revisores murieron en el acto, junto a otros tres viajeros y dos fallecidos aún sin identificar. Resultaron heridos nueve pasajeros. Tres de ellos fueron trasladados en estado grave a los hospitales más próximos.
El choque ocurrió a las 8.55 de la mañana. Todo apunta a un error humano porque uno de los trenes entró sin autorización en la vía contraria después de saltarse una indicación en rojo. Iba a unos 90 kilómetros por hora y se calcula que salió de la estación de Wavre sin pasajeros seis minutos antes de la colisión con el tren de cercanías que partió a las 8.32 de Lovaina en dirección Ottignies, con al menos 25 personas a bordo.
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