'Me molesta que me tachen de minimalista', afirma Arvo Pärt
El compositor estonio visita por primera vez España
El compositor, que visita por primera vez España, asistirá esta noche en el Auditori de Barcelona a la interpretación de su monumental Pasión.
Estrenada en 1982, la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan, una de las partituras más representativas del minimalismo místico de Pärt, sonará por primera vez en Barcelona en una versión dirigida por Jordi Casas al frente del Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana, un quinteto instrumental y seis voces solistas, entre ellas el bajo Xavier Comorera en la parte de Jesús, y el tenor Salvador Parron como Pilatos.
Música estática, sin cambios de tonalidad, sin contrastes, en la que el tiempo parece detenerse y se respira una atmósfera de eternidad. Es el estilo de Pärt, considerado el máximo exponente del minimalismo sagrado junto a sus colegas John Taverner y Henryck Gorécki. 'Quienes dicen que mi música representa al minimalismo místico son los periodistas porque cuando compuse la Pasión el minimalismo no estaba de moda', explica Pärt con resignación y sin perder la sonrisa.
'Me gusta que el público escuche mi música y conecte con su fuerza interior, pero, sinceramente, no busqué el éxito fácil al componerla. Trabajé con todas mis fuerzas durante un año y el proceso de reflexión me ayudó a conocerme mejor, pero mientras la escribía no tenía ni idea de cómo sería recibida por el público', dice el compositor estonio. 'Mi fuente de inspiración es la pasión gregoriana y está escrita desde la fe sincera, pero no podría decir si católica u ortodoxa. Lo importante es su contenido espiritual'.
Tras años de meditación y estudio religioso, Pärt, que tras la caída del régimen soviético se instaló en Berlín con su esposa y sus dos hijos, forjó un estilo propio que clava sus raíces en la fascinación por los cantos ortodoxos y la tradición medieval franco-flamenca. Obras instrumentales como Tabula Rasa y Fratres, de la que ha realizado más de ocho versiones diferentes, marcan una trayectoria musical que desemboca en los ochenta con una impresionante serie de partituras corales religiosas.
'Me gustan las Pasiones de Johann Sebastian Bach y su música me parece soberbia, pero mis raíces espirituales están en la tradición vocal gregoriana', explica Pärt.
'No me encuentro cómodo en la pasiones que teatralizan la muerte de Jesús. La Iglesia es el mundo de la reflexión y la profundidad, deja las emociones y los afectos al teatro. Y en este sentido, mi música es fruto de la devoción y elimina todo lo que pueda dispersar la concentración del oyente'.
La partitura, con una duración aproximada de 75 minutos, concluye con una plegaria que invita a la reflexión final, asegura el compositor.
Babelia
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