'El verdadero andaluz es el ser más civilizado de la creación'
Sólo la educada inteligencia y el fino sentido del humor de Pablo García Baena le permiten ir recibiendo distinciones y homenajes sin que se le alteren las glándulas de la vanidad. A sus 78 años, al poeta cordobés, cofundador de la revista Cántico, sólo le restan el Cervantes y el Nobel. Lo demás, lo tiene prácticamente todo. Anoche, el salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga acogió la presentación de un estudio crítico de su poesía completa que bajo el título de Recogimiento, reúne 59 años de poesía de altura. 'Posiblemente sea la antología más fiel de mi obra, porque no es sólo una muestra de mi poesía; es que el mismo libro es en sí es una joya', admitía ayer el autor de Palacio del Cinematógrafo.
El Ayuntamiento de Málaga acogió anoche la presentación de un estudio crítico del escritor
A diferencia de las antologías sobre su obra publicadas en la editorial Visor en 1982 y 1998, en esta edición crítica de Fernando Ortiz y María Teresa García Galán, cuidada por Francisco Ruiz Noguera y Rafael León, se recoge algún poema inédito y una prosa poética publicada en 1995 por Rafael Inglada en un cuaderno llamado Calendario. El poeta cordobés, director del Centro Andaluz de las Letras, premio Príncipe de Asturias e Hijo Predilecto de Andalucía, observa varias cualidades en esta edición, tan lujosa y rigurosa como el resto de los siete números de la colección Ciudad del Paraíso. 'Además de guardar fotografías privadas muy queridas para mí como la que tengo con ocho años junto a mi padre, está el prólogo de Ortiz que es muy clarificador, incluso para mí', asegura.
Según el poeta cordobés, afincado en Torremolinos (Málaga) desde hace 35 años, 'a veces es absolutamente necesaria la luz del crítico para entender ese mundo misterioso y oscuro donde se mueve el poeta, y poder descender así a la serie de infiernos que guarda el alma del que escribe'.
En la presentación de anoche en el Salón de los Espejos también se encontraba el catedrático de filología Antonio Garrido. El actual director del Instituto Cervantes en Nueva York, y anterior concejal de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, fue el promotor de esta edición de García Baena que será presentada en la sede del Cervantes en Nueva York y en la Universidad de Columbia la semana próxima.
Con el paso de los años, García Baena, que se considera un poeta de lenta y corta producción, define al 'verdadero andaluz, como el ser más civilizado de la creación esté donde esté'. No cree haber variado en lo esencial con respecto al muchacho que en 1946 publicó Rumor Oculto. 'El poeta es uno solo; los temas son siempre los mismos y son los que nos inquietan a todos los humanos, con la salvedad que no es lo mismo ver la vida desde los 20 años que a los 80', dice. 'Bueno casi 80... en realidad lo digo para que me contesten que me conservo muy bien', añade con ironía.
Porque García Baena, que junto con otros poetas de Cántico fue considerado el epítome del lenguaje exquisito y barroco, nunca ha ocultado, a quien quiera verlo, la tremenda ironía que el esteticismo de Cántico guardaba. 'Es cierto; ya no sólo el difunto Ricardo Molina o el pintor Ginés Liébana tienen un sentido del humor único, algunos de mis poemas mas celebrados guardan también esa clave, como Ághata o Palacio del Cinematógrafo. Cuando leíamos entre nosotros no nos teníamos ningún respeto: Cántico era un grupo de amigos que fundó una revista donde reaccionábamos contra la caspa que entonces había en España', confiesa.
Admite que aquel poema sobre el cine y sus mitos, publicado en su libro Óleo hace décadas, es el más famoso de su producción. La narración de un encuentro amoroso en un cine que comenzaba con el ya mítico 'Impares. Fila 13. Butaca 3. Te espero/ como siempre. Tú sabes que estoy aquí. Te espero', es una obra donde se mezclan la pasión confesa por el cine de García Baena y su generación, el mito de la caverna platónica, diálogos tomados de películas y el deseo que encuentra la oscuridad para labrar su complicidad. 'Sí, ahí esta todo Pablo. Incluso hay una premonición de lo que serían las películas astrales antes de La Guerra de las Galaxias', confiesa.
Todos los que conocen a García Baena lo definen como 'una buenísima persona', al que los años y homenajes no le cambian el pulso. 'Hay quien pavonea lo que tiene; yo sigo siendo la misma persona con la misma sencillez que llegó a Málaga hace 35 años desde Córdoba. Un pagano, que ya lo era, al que el Mediterráneo bautiza y que siempre está deseando estar en la ciudad contraria donde se encuentra', dice de sí. ¿Y dandi? Y de nuevo vuelve a bromear con su inteligencia educada: 'A los sumo éramos dandis pasados por Puente Genil: no íbamos con guantes amarillos ni bastones de plata a ningún sitio, pero sí nos considerábamos una élite en una ciudad de provincias de la España casposa'.
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