EE UU baja medio punto el precio del dinero para reactivar su economía
Greenspan reduce al 5% el precio del dinero en un intento de que el país no caiga en la recesión
La Reserva Federal de Estados Unidos sólo tenía ayer dos opciones. Un recorte de medio punto en los tipos de interés podía parecer insuficiente. Un recorte del 0,75% insuflaría ánimo en los mercados financieros, pero generaría interpretaciones alarmistas. Alan Greenspan, el presidente de la Fed, optó por la prudencia y el medio punto, respaldado de forma unánime por los demás miembros del Comité del Mercado Abierto. El interbancario a 24 horas, el tipo que orienta la política monetaria estadounidense, quedó fijado en el 5%, aunque la Fed sugirió nuevas reducciones antes del verano.
Pocas decisiones de la Reserva Federal han sido esperadas con tanta ansiedad como la de ayer. Los mercados financieros, afligidos por una crisis que en lo que va de año ha barrido ya un 7,7% de la riqueza acumulada en el Dow Jones y un 21% del Nasdaq, estaban prácticamente paralizados cuando comenzó la cuenta atrás. El Comité del Mercado Abierto, el brazo armado, de la Fed, inicia sus reuniones a las 9 de la mañana, y emite su comunicado final, siempre, ocurra lo que ocurra, a las 2.15, hora de Washington. Ni un minuto antes.
Pendientes del monitor
Desde las 2 de la tarde, todas las miradas estaban en las pantallas de los parqués y en los monitores. Llegado el segundo exacto, precedido de una cuenta atrás coreada en alto por centenares de voces, aparecieron el '1/2' y el '5%' y las bolsas cayeron en picado.
Fue una reacción emocional, casi de despecho, porque Wall Street exigía tres cuartos de punto, o incluso un punto, para inundar de liquidez el sistema y frenar la tendencia bajista de las últimas semanas.
Y sin embargo, el medio punto era lo previsible, y a Alan Greenspan no le gusta sorprender a los mercados, ni siquiera con regalos. 'Un buen banco central debe seguir sus propias normas de comportamiento; si en las dos reuniones anteriores se había reducido medio punto, esta vez había de ser medio punto. Además, con un 0,75%, la gente habría acabado preguntándose: ¿es la situación más grave de lo que pensamos?', explicó el senador demócrata Jon Corzine, ex presidente de Goldman Sachs.
El comunicado de la Reserva Federal estaba, como siempre, cuidadosamente limado. Reconocía la persistencia de un 'exceso en la capacidad productiva' y la posibilidad de que ese exceso pudiera 'proseguir por algún tiempo'. Admitía los 'sustanciales riesgos de que la demanda y la producción permanezcan débiles'. E incluía una frase balsámica que este año, en el que los tipos han bajado ya 1,5 puntos en tres dosis de medio punto, los mercados agradecen mucho: 'En estas circunstancias en que la coyuntura económica podría evolucionar con rapidez, la Reserva Federal necesitará seguir de cerca los acontecimientos'.
Para los aficionados a la prosa de la Reserva Federal, eso significa que, ahora mismo, Alan Greenspan y los gobernadores de las Reservas regionales cuentan con ordenar pronto una nueva bajada de tipos. La próxima reunión del Comité está convocada para el 15 de mayo, pero Greenspan puede decidir en solitario, como hizo en enero.
La Fed también acusó recibo de que 'las presiones persistentes en los márgenes de beneficio' estaban 'reduciendo el gasto en inversiones y, a través de las bajadas en la riqueza bursátil, en consumo'. Era una forma neutra de admitir que la Bolsa, considerada siempre un reflejo virtual de la economía, es ya uno de los elementos centrales de la realidad, porque más de la mitad de los ahorros estadounidenses, incluyendo pensiones, están depositados en acciones de empresas.
Recesión improbable
Pero, atendiendo al conjunto del comunicado, se desprendía que Greenspan y los suyos siguen considerando que la recesión es improbable y que el problema se limita a una crisis de sobreproducción, un tránsito entre el crecimiento brutal de finales de 1999 (más del 8% anual) y el crecimiento moderado, de en torno al 3%, que se espera para finales de este año, una vez superado un aterrizaje mucho más brusco de lo que se esperaba, en el que el crecimiento es prácticamente nulo.
La nota dejó de lado un factor que todos los economistas habían subrayado, y que justificaba, en principio, una relajación mucho más drástica de la política monetaria: los precios, excluyendo alimentación y energía, bajaron una décima en febrero.
Los descensos de precios, la llamada deflación, son el peor azote que puede sufrir una economía, como se ha comprobado en Japón. Para los cada vez más numerosos críticos de Alan Greenspan, la Reserva Federal se comporta con excesiva prudencia en una situación aún confusa, pero con síntomas demasiado alarmantes. La industria ya está en recesión, y sólo los servicios y la energía mantienen los indices generales de crecimiento en zona positiva.
El economista Paul Erdman indicó que 'la mayoría de los estadounidenses cree que, cuando tenemos problemas por primera vez en varios años, no hay motivo para preocuparse, porque la Reserva Federal es todopoderosa y puede arreglarlo todo', informa Efe. Pero 'la economía no pasa, como lo ha indicado Greenspan por un mero ajuste de inventarios después de una década de bonanza y crecimiento pujante; esto comenzó como un ajuste de inventarios pero ahora se parece cada vez más al vuelco que es típico del ciclo de bonanzas y derrumbes en otras épocas', agregó Erdman.
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