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La gestión del alcalde de Rincón enturbia su relación con el PP provincial

Gómez podría perder la presidencia local del partido el viernes

Los agresivos proyectos urbanísticos que ha respaldado José María Gómez Muñoz, alcalde de Rincón de la Victoria (Málaga), no sólo le han enfrentado con asociaciones de vecinos y con la Consejería de Obras Públicas de la Junta, sino también con una parte de su grupo municipal. Francisco Salado, que encabeza el sector crítico del grupo, le disputará a Gómez el viernes la presidencia local del partido. La dirección provincial arbitra en silencio el proceso, pero la distancia con el alcalde es evidente.

El propio Gómez Muñoz, que presentó ayer su candidatura a la presidencia local ante unos 50 simpatizantes, no evitó un comentario cargado de resentimiento cuando se le preguntó por sus relaciones actuales con la ejecutiva provincial. 'Ni me siento abandonado ni me ha hecho falta nunca el respaldo', dijo, pero a continuación espetó: 'Joaquín Ramírez [presidente del PP provincial] me ha dejado plantado en dos citas esta semana. Si para el martes 20 no se me ha comunicado nada por escrito, tendremos una rueda de prensa en otro tono'.

Ramírez, por su parte, insistió en que la ejecutiva provincial se limita a 'velar por un proceso limpio, sin palabras fuertes y sin que nadie tape las opiniones de otros', y dijo que la suspensión de las entrevistas se debió a 'motivos suficientemente justificados'. Sin embargo, fuentes del PP confirmaron a EL PAÍS que hay 'bastante disgusto' con la gestión que está llevando a cabo el alcalde. José María Gómez Muñoz, electricista de profesión, tomó las riendas del PP en el municipio en 1989. Con la colaboración, entre otros, de un jovencísimo Francisco Salado, su actual rival para la presidencia local, obtuvo en 1995 su primera victoria electoral.

Ahí empezaron las diferencias con Salado y otros miembros de su grupo municipal, que le acusan de anteponer los intereses de sus socios de gobierno -Gómez Muñoz nunca ha obtenido una mayoría absoluta- o los de las empresas que proponen proyectos al ayuntamiento, a las decisiones del propio grupo municipal.

Sin embargo, el fallido atentado con el que la banda terrorista ETA intentó acabar con la vida del alcalde en septiembre de 1997, propició que el partido cerrase filas en torno a él y que no llegase a plantearse su sustitución como candidato para las municipales de 1999.

Pero en 1999 los resultados electorales fueron más flojos de lo esperado. De hecho, el PP bajó cuatro puntos, y el partido recogió más votos en el municipio en los comicios europeos y en las Elecciones Generales que en las municipales. A eso se han sumado escándalos por recalificaciones de terrenos y salvajes convenios urbanísticos que cuatro de los nueve concejales del PP han luchado por frenar desde dentro; acusaciones de clientelismo; enfrentamientos con vecinos y, por último, la decisión de la Junta de no renovar la cesión de las competencias urbanísticas al municipio.

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Salado, de 36 años, que regenta el área de Hacienda, fundamenta su candidatura en el objetivo de 'buscar un desarrollo armonioso del municipio y recuperar el contacto con los ciudadanos'. Gómez, en 'continuar con la trayectoria de prosperidad y creación de empleo que hemos consolidado'. De momento, ninguno habla de romper el grupo municipal.

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