'Madrid es una ciudad malquerida, no hay proyectos valientes'
Con la arquitecta madrileña Carmen Blasco se puede hablar de esta ciudad dando cinco vueltas a la cabeza y aterrizando en el siglo que queramos. Lo conoce todo, aunque reconoce que la gente que vive en esta ciudad sabe muy poco de ella, ni de cómo era ni de cómo es. Claro que, a su lado, cualquiera se eclipsa cuando empieza a hablar de la vida urbana que existía en el Siglo de Oro, en el que Madrid se llenaba de fiestas en las que participaba el pueblo y se construían palacetes y torres sólo para la ocasión. Cuando se doctoró, en 1985, su tesis se centró en el Palacio del Buen Retiro de Madrid. Fueron años de investigación que culminaron con el encargo de un disco compacto por parte del Museo del Prado, para revivir cómo fue el palacio a través de 14 recorridos virtuales. Este trabajo, editado por el Prado, ha sido premiado doblemente por el Ayuntamiento de Madrid y el Colegio de Arquitectos.
Pregunta. Ser especialista del Palacio del Buen Retiro no deja de ser romántico, ¿no?
Respuesta. Bien pensado, sí (risas). Además, un palacio como ése, dedicado al placer a través de las artes y el juego...
P. ¿Por qué desapareció?
R. Por su propio proceso de vida. A Carlos III no le gustaba y lo alquiló a las tropas de artillería. Después llegaron los franceses y comenzó su destrucción... No hay más que pensar que los fusilamientos del Dos de Mayo fueron en una de las tapias del palacio...
P. Quién le iba a decir a usted cuando empezó con su tesis doctoral que habría este revuelo años después en esa zona de la ciudad.
R. Sí, ha sido un cúmulo de coincidencias. Desde luego, el palacio es el gran olvidado de Madrid.
P. Y más allá de los edificios regios de Madrid, su ojo de arquitecta ¿se recrea o sufre con lo que ve por la calle?
R. Esta ciudad tiene una característica y es que reúne un cúmulo de acciones y planes distintos. Eso, unido a que siempre ha estado habitada por visitantes que están de paso, le hace ser una ciudad malquerida.
P. Y más allá del barrio de los Austrias, ¿qué tiene de personal la construcción de esta ciudad?
R. Son característicos los miradores en las casas, la utilización del ladrillo con distintos lenguajes formales, los espacios públicos... Pero Madrid siempre ha sido intervenido con bisturí. No veo planes profundos, proyectos amplios más valientes y rotundos.
P. ¿Hay personalidad en las nuevas ciudades que han surgido alrededor de Madrid?
R. Muy poca. Todo parece bastante improvisado: se estudia lo que cabe en unos metros cuadrados y nada más. El aspecto económico prima demasiado. Después se imita a la urbe, y no tiene por qué ser así.
P. ¿Cuál será el fenómeno que siga al chalé adosado?
R. La evolución de los conceptos en la arquitectura es muy lenta. Tal vez se vuelva a la torre con jardín o a las manzanas con interior ajardinado.
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