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Entrevista:EMILIA EPELDE Y MIKEL MARDARAS | DIRECTORES DE LA GALERÍA LA BROCHA

'Un viejo pabellón es muy interesante para mostrar un arte vitalista'

Emilia Epelde (Erandio, 1960) y Mikel Mardaras (Berango, 1958) dirigen desde 1993 la bilbaína galería La Brocha (Conde Mirasol, 1). Como hicieran meses atrás con Zumeta y Balerdi, han montado una exposición antológica junto a las ruinas de Uribitarte, en un edificio que está a punto de ser derribado. La muestra, que se inaugura hoy, presenta obras de los artistas guipuzcoanos Bonifacio, Goenaga, Zuriarrain, más los citados Zumeta y Balerdi; los vizcaínos Gortázar, Tamayo, Rementería, Ramírez Escudero y Gonzalo Jáuregui; los alaveses Ortiz de Elgea, Mieg e Iñurrieta, además del navarro Javier Morrás.

Pregunta. ¿Van a tener problemas por el hecho de que participen en esta exposición artistas adscritos a otras galerías de arte?

'Bilbao sería una sede muy interesante para crear una feria internacional de arte'

Respuesta. Todo lo contrario. Hemos organizado un evento extraordinario que beneficia tanto a los artistas como a las galerías que los representan.

P. ¿Al juntar artistas de distintas generaciones y estilos se puede calibrar la salud de una parte del arte vasco?

R. El arte vasco goza de una magnífica salud que no pretendemos calibrar. Se ha agrupado en esta muestra a artistas por los que sentimos una profunda admiración, sabiendo que vamos a disfrutar con el espectáculo.

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P. ¿Qué tienen que decirles a aquellos artistas con méritos sobrados para estar aquí y que no han sido llamados?

R. Por supuesto que nos gustaría que quisieran trabajar con nosotros en próximos proyectos.

P. ¿Cuánto de amiguismo hay en esa selección? ¿Cuánto de rigor artístico? ¿En vez de amiguismo deberíamos aludir al gusto de ustedes dos?

R. Dado que hace ya ocho años que nos arriesgamos en cada exposición que montamos en nuestra galería, no cabe hablar de amiguismos. Actuamos con absoluta libertad, convocando a estos artistas por la calidad de sus trabajos, al tiempo que tenemos la suerte de gozar de una relación de amistad con todos ellos.

P. ¿Esperan alcanzar el éxito que tuvieron con las exposiciones de Zumeta y Balerdi?

R. Esperamos mejorar todavía más. Las exposiciones de Zumeta y Balerdi crearon una gran expectación en el público. La gente se preguntaba qué era lo siguiente. Aquí está.

P. ¿No resulta curioso el atractivo que poseen para muchos artistas los edificios a punto de ser derribados?

R. Hombre, no por el hecho de que los vayan a tirar, pero sí tiene un atractivo especial para el público encontrar allí donde nadie lo esperaba. Para los artistas supone salir del circuito habitual. Además, un viejo pabellón industrial es un lugar muy interesante para mostrar un tipo de arte vitalista, ya que el contraste que genera posibilita una lectura diferente y fresca de la obra.

P. ¿Alguien apostillará que si el arte es bueno no importa el lugar donde se muestra?

R. El lugar es importante. Han de ser espacios neutros que se dignifican con la sola presencia de la obra.

P. ¿Han pensado que en las galerías de arte al uso los espectadores se hayan demasiado juntos, mientras que en los edificios como el de esta muestra, dada la holgura espacial, los espectadores se encuentran más libres de movimientos? ¿Será ésta una atracción añadida?

R. El problema de las galerías al uso es que rara vez se juntan muchos espectadores. El carácter de entrada franca, con puertas abiertas de par en par, nuestro expreso deseo de ayudar al público a apreciar las obras expuestas y la generosidad amplísima del espacio para ver lo expuesto han contribuido al éxito de las últimas exposiciones.

P. ¿Se les ocurre algo respecto a la sala Rekalde, ahora que ha quedado sin dirección?

R. Por supuesto, y así se lo hemos hecho saber a sus máximos responsables. El mayor problema que nos encontramos como galeristas es la necesidad de espacio. Rekalde es un lugar que reivindicamos para poder acceder a él, siempre que tengamos una buena historia que contar.

P. ¿Trabajan sobre nuevos proyectos?

R. Siempre. De entrada vamos a acondicionar con mejoras nuestra galería La Brocha para reiniciar las exposiciones individuales. También queremos viajar a Estados Unidos para buscar locales adecuados para montar exposiciones con artistas vascos.

P. ¿Han pensado acudir en años próximos a la cita de Arco con pabellón propio?

R. Y dejaríamos el pabellón muy alto, porque a todo el mundo le gusta la buena pintura. De todos modos, tampoco es que Arco sea la panacea. Bilbao sería una sede muy interesante para crear una feria internacional, con un espíritu diferente, no en lugar de, sino además de Arco.

P. ¿Haría falta reivindicar al artista, frente al excesivo protagonismo de los comisarios de las exposiciones?

R. Ni artistas ni comisarios deberían tener mayor protagonismo que la obra de arte, que es lo único que importa. Pero sí es cierto que vivimos unos tiempos donde predomina cierta patología del narcisismo.

P. ¿No hay demasiadas personas que viven a costa de lo que generan unos pocos artistas?

R. Sobre todo en el sector público. En el sector privado es de mucho mérito sobrevivir como galería, y más aún en Bilbao La Vieja.

Emilia Epelde y Mikel Mardaras.
Emilia Epelde y Mikel Mardaras.SANTOS CIRILO

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