Nada disuasorios
El principio de que las medidas preventivas pierden su eficacia si son conocidas por su destinatario puede aplicarse a los radares de tráfico. La consejería de Interior ha negado que los instaladados en la A-8 a su paso por Bilbao estén desactivados. Sin embargo, el número de denuncias que dice haber impuesto no encaja con el número, infinitamente mayor, de infracciones al límite de velocidad (80 km por hora) que puede observar cualquiera que circule por ese tramo. O sea que, a lo mejor sí funcionan los radares, pero no lo parece, porque su efecto disuasorio sobre los conductores apenas se nota.
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