Las constantes lluvias caídas en los últimos meses en Bolivia amenazan con colapsar caminos y desbordar presas
La persistente lluvia de casi 75 días está a punto de colapsar los caminos de Bolivia, mientras que el desbordamiento de una presa de riego en Cochabamba ha obligado a sus administradores a abrir las compuertas de seguridad e inundar campos de cultivo y zonas de vivienda de más de un millar de personas. La presa, que ha superado con creces su capacidad de 75 millones de metros cúbicos, con riesgo para la estabilidad de su estructura, desagua un promedio de 55.000 litros por segundo aunque recibe cerca de 70.000 litros por segundo de tres ríos que desembocan en el embalse.
Este caudal aumentó la fuerza de las aguas de los ríos Rocha y Tamborada, que llegan a las zonas agrícolas que rodean a la ciudad de Cochabamba, de más de medio millon de habitantes, e inundó centenares de hectáreas con maizales y árboles frutales, además de pastizales para ganado vacuno. "No he podido ayudarlo; me estiraba su mano y no pude ayudarlo", explicaba desesperada la viuda de un campesino de 51 años que fue arrastrado por la crecida del río Tamborada en el sur de la ciudad y cuyo cuerpo fue recuperado en la madrugada (hora local) de ayer.
Otras dos personas lograron salvar la vida, después de que cayeran al agua al intentar cruzar un precario e inseguro puente construido artesanalmente de madera con un pasamanos hecho con una cuerda de plástico.
Desplome de viviendas
La inundación de zonas periurbanas ha ocasionado el desplome de una treintena de humildes viviendas construidas con adobe (ladrillos de tierra y paja), que absorbe inmediatamente la humedad, mientras que otras han quedado seriamente dañadas e inhabitables. "La situación es muy preocupante: hay muchas familias afectadas, sin vivienda y con problemas de alimentación, hay escasez de forraje para el ganado vacuno", explicó el director de Defensa Civil, Juan Carlos Castro, e informó de que se han formado varias comisiones para atender mejor la crítica situación derivada de los desastres naturales. La dotación de carpas para albergar a las más de 1.300 personas afectadas en los últimos cuatro días está a punto de agotarse, pues otras fueron utilizadas con anterioridad en zonas donde se registró el desbordamiento de ríos que anegaron cultivos y viviendas desde el pasado mes de enero.
El drama de Cochabamba se repite en cada uno de los restantes ocho departamentos (provincias) de Bolivia y las peticiones de auxilio a las autoridades tardan en responderse debido a las limitaciones materiales, aunque el Gobierno ha informado de que está duplicando sus esfuerzos para poder llegar especialmente a los segmentos más pobres que son, además, los más castigados. El Servicio Nacional de Caminos se ha declarado impotente para solucionar a corto plazo los graves problemas de la red vial del país. El presidente del Servicio Nacional de Caminos, Mauricio Navarro Banzer, admitió en declaraciones a un canal de televisión que la entidad no cuenta con recursos ni con suficiente maquinaria para atender los desastres que se han registrado en más del 70% de los 10.400 kilómetros de caminos y carreteras, debido a las lluvias, derrumbes, debilitamiento de puentes y hasta destrucción de otros.
En la carretera internacional asfaltada entre Bolivia y Chile, la de mayor tráfico, se produjo la destrucción de una plataforma, por acción de la crecida del río Quelkata, con un saldo de doce personas muertas.
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