Los cuatro jueces de menores reciben 4.000 causas en dos meses

Vidal presentó ayer la memoria del TSJC del año 2000, en la que se recogen esas cifras y se censura que en Cataluña se pecara de un 'optimismo exagerado' por parte de la Generalitat ante una nueva ley que entró en vigor el 13 de enero. El hecho de que los tres juzgados de menores que había en Barcelona hasta entonces funcionasen sin problemas y las instalaciones de los centros de menores dependientes de la Administración autonómica fuesen 'realmente ejemplares' llevó a la relajación y a realizar unas previsiones que no se han cumplido en el caso de la capital catalana, explicó ayer Vidal.

En aplicación de la nueva ley, se elevó la mayoría de edad penal de los 16 a los 18 años, por lo que durante el primer mes pasaron de los juzgados de instrucción de Barcelona a los juzgados de menores 1.978 asuntos ya iniciados en los que estaban implicados jóvenes de esas edades. Fue un trasvase 'desordenado y anárquico', según Guillem Vidal, porque todos los casos se tuvieron que revisar de nuevo en los juzgados de menores.

Movilidad de jueces

La nueva ley también prevé que la instrucción de los casos corresponda al fiscal, con lo que otros 2.000 iniciados por los juzgados fueron remitidos a la fiscalía para que concluyera su tramitación. El nuevo texto sólo comportó la creación de un nuevo juzgado de menores y pronto se demostró que era insuficiente. En vista del colapso, el Departamento de Justicia de la Generalitat ha doblado la plantilla de los cuatro juzgados y se ha pasado de cuatro a ocho funcionarios en cada uno. Pero no es suficiente, opina Guillem Vidal. Por eso, el propio Tribunal Superior y la Generalitat ya han reclamado al Consejo General del Poder Judicial que se cree un quinto juzgado de menores en Barcelona.

Del mismo modo, la memoria del TSJC insiste, un año más, en la gran movilidad del personal relacionado con la Administración de justicia en Cataluña. El año pasado, por ejemplo, 142 jueces dejaron su destino en Cataluña -el 30% del total-, 112 eran sustitutos y había 140 vacantes de secretarios. Esa situación se agrava con la 'política restrictiva' de la Generalitat en materia de personal para cubrir las vacantes por enfermedad o permiso. La mezcla de todos esos elementos es un cóctel que perjudica, y mucho, al servicio que se ofrece al ciudadano, explicó Guillem Vidal. Dos ejemplos: los cuatro juzgados que hay en Martorell tuvieron todo el año la plaza de juez cubierta por sustitutos y en diversos juzgados de Cataluña sólo existe uno o dos funcionarios titulares; el resto son interinos 'con falta de preparación', explicó el presidente del TSJC. En el capítulo de avances, la memoria constata que en los juzgados catalanes se redujo el año pasado el número de casos pendientes en 10.000. La mitad de ellos coresponden a lo contencioso administrativo.