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Acuerdo para eliminar montañas de residuos mineros en Cardona

Las viejas montañas de residuos producidos por la explotación de mineral potásico que tuvo lugar en Cardona hasta el año 1990 tienen fecha de caducidad. La empresa que los explota y las administraciones públicas han llegado a un acuerdo para retornar a su estado natural el valle donde se depositaron millares de toneladas de cloruro sódico (sal) impuro.

El Gobierno de la Generalitat, la empresa Ercros, que explota las montañas de residuos para aprovechar la sal en los procesos de obtención de cloro, y el Ayuntamiento de Cardona (Bages) firmaron ayer un compromiso inicial de 80 millones de pesetas, que podría ser de 160 si la Unión Europea, a través del programa Life participa en el proyecto, para limpiar la zona y recuperar el antiguo torrente salado.

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Tener esta afluencia de agua controlada se presenta como una posibilidad para poder dar con la solución definitiva a los hundimientos que han afectado una amplia zona del río Cardener y que han cortado la comunicación por carretera de Cardona con su agregado de la Coromina. En el desvío del Cardener y para solucionar los problemas de hundimientos, la Generalitat ha invertido más de 1.500 millones de pesetas.

Atractivo turístico

Antes de la actividad minera, el riachuelo pasaba por la superficie, pero actualmente no aflora. Algunas aguas de este torrente podrían ser las que se filtran en viejas galerías de la mina ya abandonada y que representan un riesgo para la estabilidad geológica futura de la zona. En un periodo de tres años este espacio debería recuperar su estado inicial.

Las empresas que explotaron el subsuelo de Cardona desde la década de 1920 hasta 1990 depositaron todo el residuo, mezclado con cenizas y elementos químicos que se utilizaban para la obtención de potasa, en el denominado valle salino, en cuya parte superior se encuentra la montaña de sal, que es una afloración de más de 100 metros de altura de las vetas de sal que en toda la cuenca potásica catalana se encuentran a varios cientos de metros de profundidad. El fenómeno es único en España y prácticamente en toda Europa; sólo hay una formación similar en Polonia. Tiene, en estos momentos una finalidad de atractivo turístico, pero se encuentra en un marco con degeneración ambiental.

El consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, admitió ayer tras la firma del convenio que la situación actual del valle 'podía hipotecar alguna actuación de oferta turística y la viabilidad, la accesabilidad y la calidad de vida de los ciudadanos del barrio de la Coromina'. El proyecto también permitirá experimentar sobre la desalinización de zonas que han sufrido los efectos de las montañas de residuos que durante años han ocupado decenas de hectáreas que antes de la actividad industrial eran bosques o zonas agrícolas.

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