Asedio
A poco que se descuiden Diego Macià, el alcalde ilicitano socialista, y sus concejales, el Partido Popular le va a birlar al Ayuntamiento la cartera del Misteri d'Elx, con toda la indumentaria y la polifonía incluida. Sin duda, a ese fin iba encaminada la confusa ceremonia del jueves en el pleno de las Cortes Valencianas, en la que los populares aprobaron en solitario el respaldo de la institución a las gestiones que están desarrollando el Gobierno central y el Consell para que la Unesco declare al Misteri Patrimonio de la Humanidad. Algo por lo que el consistorio ilicitano ya se había movido mucho y con lo que, visto lo visto, ahora corre el riesgo de que le ocurra lo mismo que al Ayuntamiento de Morella con su castillo, que se lo ha zampado la Diputación de Castellón ante la perplejidad de Joaquim Puig, quien todavía no da crédito. ¿A qué venía si no el cepo de Rafael Maluenda, el autor de la propuesta, con el señuelo de que el Ayuntamiento de Elche 'no ha hecho nada' en ese sentido, y que todas las acciones para lograrlo 'las han llevado a cabo el Gobierno de la Generalitat y el Gobierno de España'? La estrategia de asedio del PP a los núcleos irreductibles socialistas es así de simple y clara: despojarles de los símbolos desde las instancias superiores para erosionar desde ellos lo que resulta difícil por la vía de las urnas. La rendición condicional de Josep Sanus, ese genio de la perspectiva que dio la medalla de oro de la ciudad a Jaime Milans del Bosch unas semanas antes del 23-F, libró a Alcoy de sufrir esta batería de artimañas. Y la misma alcaldesa de Gandia, Pepa Frau, si su Ayuntamiento no estuviese al caer, que lo está, podría ir preparándose para afrontar el embate, así como el resto de municipios gobernados por el PSPV que tengan algo de lo que sentirse orgullosos. Después de lo del jueves, si la Unesco concede al Misteri el rango de Patrimonio de la Humanidad, Diego Macià ya se puede dar por linchado. La retórica oficial le va a negar todo protagonismo a su Ayuntamiento, pese a haber estado dando la tabarra en París y en Madrid de forma reiterada. Se pongan como se pongan Macià y Elche, al final será Zaplana quien baje desde la tramoya dentro de la magrana.
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