La final de todas las semanas

'Será un partido decisivo... como todos desde hace tres meses'. No exagera Molina, el portero del Deportivo, que, una vez recuperado de su lesión, volverá esta noche a la titularidad en el choque que enfrenta a su equipo con el París Saint-Germain (PSG) en Riazor (20.45, Canal +). Desde enero, el Deportivo está inmerso en una serie de choques cruciales, tanto en el torneo nacional como en la Liga de Campeones, y ya parece acostumbrado a disputar un par de finales a la semana. Aunque en esta ocasión, el entrenador, Javier Irureta, concede al duelo con los franceses una trascendencia especial. 'Para nosotros es el partido más importante en el último tercio de la temporada', apuntó ayer Irureta. Una victoria, según el técnico vasco, sería 'casi definitiva'.

Con los números en la mano, es imposible que el Deportivo logre hoy la clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones, aún derrotando al PSG. Por tanto, nada se decidirá antes de la jornada final, en la que los blanquiazules tienen que enfrentarse al Milan en San Siro. Aun así, a Irureta nada le descabalga de su certeza. Tal vez en la confianza de que alguno de sus rivales acabará fallando, Irureta repite desde hace días que, con un triunfo ante los franceses, el Deportivo estará en la siguiente fase. El técnico desea, además, que el Milan gane en Estambul al Galatasaray. De ese modo, el duelo final en San Siro sería una entrañable exhibición de buenos sentimientos, porque el empate situaría a italianos y españoles en los cuartos de final.

Lavar la imagen

En los últimos diez días, el Deportivo ha emitido señales contradictorias. El inenarrable partido ante el Madrid en Riazor lustró enormemente el prestigio de un equipo al que nadie discutía su solvencia, pero al que muchos achacaban hasta entonces su tendencia a convertir los partidos en disputas anodinas. Pero, cuando el Deportivo parecía haber alcanzado la cima de su fútbol, llegó el choque del pasado sábado en Mallorca y resurgieron las dudas: los blanquiazules perdieron tras haber recuperado su rostro más abúlico y conformista. De ahí que, ante la visita del PSG, alguno de los líderes de la plantilla, como Mauro Silva. apele de nuevo al prestigio del equipo. 'Tenemos que lavar la imagen de Mallorca', sentenció. Otros, como Manuel Pablo, le dan menos importancia: 'Lo del sábado fue un bache y nada más'.

Si el Deportivo pone en juego el prestigio, la cartera y su pase a cuartos de final, el PSG ha de olvidarse de esto último, porque está prácticamente desahuciado. Una victoria en Riazor elevaría la cotización de los franceses y les proporcionaría el premio habitual de 100 millones de pesetas, pero, incluso en ese caso, sus posibilidades en la Liga de Campeones dependerían de una extraña carambola. También puede haber en los franceses cierto espíritu de revancha por la derrota (1-3) que le infligió el Deportivo en el choque de ida en el Parque de los Príncipes. En cualquier caso, y aunque apenas han transcurrido tres meses, la cara del PSG ha cambiado desde entonces: ahora, el entrenador es Luis Fernández, y con él ha llegado una tropa de nuevos futbolistas, entre ellos el español Arteta, cedido por el Barça. Irureta cree que 'ahora son más fuertes y compactos'.

Lo que no ha mudado en el PSG es el mal ambiente dentro del equipo -el zurdo Robert, su jugador más rentable en la actual campaña, está enfrentado a Fernández- ni los imprevisibles cambios de humor y de estado físico de Anelka, quien, como ya ocurrió en la ida, podría quedarse sin jugar por una lesión. Irureta, en cambio, recupera al citado Molina y, muy probablemente, también a Naybet, un futbolista cuya baja en las dos últimas semanas abrió un importante agujero en la defensa.

Deportivo: Molina; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Romero; Emerson, Mauro Silva; Víctor, Djalminha, Fran; y Makaay.

París Saint-Germain: Letizi; Dehu, Distin, Mendy; Ducrocq, Arteta, Luccin, Okocha; Benarbia, Leroy; y Anel-ka.

Árbitro: Urs Meier (Suiza).