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Publicidad (hidrológica) engañosa

Todos sabemos que los medios de comunicación nos inundan con mensajes publicitarios, muchos de los cuales, si no son totalmente falsos son, al menos, engañosos. Las empresas responsables nos 'venden' un producto muy diferente del que fabrican. El tabaco y los coches se nos ofrecen como libertad, placer, juventud, poder... Otros anuncios son aún más engañosos puesto que esconden los aspectos negativos (o poco atractivos) y muestran sólo una parte del producto, o el producto astutamente maquillado: no advierten de las contraindicaciones o los efectos secundarios, afirman virtudes indemostrables o de muy dudosa justificación, no indican el alto coste del producto, o esconden el precio real que nos resultará después de pagar impuestos, accesorios, complementos obligados, etc.

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La administración también recurre, de vez en cuando, a la publicidad engañosa. El último producto a vender estos días por la Generalitat Valenciana es el Plan Hidrológico Nacional (PHN). Una buena cantidad de dinero público se está utilizando para llenar vallas publicitarias y páginas enteras de periódicos, a todo color, con anuncios que tienen muy poco contenido o a lo sumo cuatro ideas sumamente engañosas. Lo único claro de estos anuncios es que están llenos de falsedades (o de medias verdades).

No es cierto que el PHN solucionará la escasez de agua de nuestra Comunidad como se nos dice en los anuncios. Las causas de dicha escasez son dos. Una de ellas no se puede modificar a voluntad y si se modifica será a peor: es el clima mediterráneo, con su déficit hídrico estival que lo define. La otra causa es el consumo creciente de un recurso limitado y escaso como es el agua dulce. Naturalmente este consumo en incremento continuo podría contenerse con medidas técnicas, políticas y sociales. Pero, precisamente esto que sí está en sus manos, no lo desea hacer la administración. Al contrario, se crean las condiciones para que la demanda siga en aumento. Con esta situación, ni el previsto trasvase del Ebro, ni tres como él, paliará el déficit hídrico en un futuro próximo. Sencillamente por esa vía jamás se solucionará la escasez del agua y se multiplicarán los problemas.

La propaganda pretende que el plan es solidario, cuando se detrae agua de tierras cuyos habitantes en absoluto están de acuerdo con ello y se oponen manifiestamente. Este proyecto repercutirá negativamente en los habitantes de áreas del Pirineo que serán desalojados a la fuerza de sus casas y perderán su forma de vida. El trasvase pone en peligro la agricultura del Delta del Ebro, entre otras cosas por el grave riesgo de salinización, y compromete el futuro del sector pesquero de la zona que mantiene a miles de personas.

El plan es realmente insolidario porque permitirá que los sectores más adinerados puedan hacer negocios con un recurso de todos y que se siga despilfarrando agua en campos de golf, jardines y piscinas de urbanizaciones y en el desaforado crecimiento de la construcción en nuestro masacrado litoral. Pero también es un proyecto insolidario con los agricultores valencianos más pobres, a los que demagógicamente se invoca para reclamar el trasvase. La agricultura tradicional, de pequeñas explotaciones familiares, además de estar amenazada por otros problemas que este plan en absoluto soluciona, va a salir perjudicada por el encarecimiento del agua, por la competencia que ejercen las nuevas grandes transformaciones agrarias (muchas de las cuales son ilegales y se han extendido ante la pasividad de nuestra administración) y por la penetración en el sector agrario de grandes empresarios y multinacionales que están ya muy presentes en Murcia y Almería. Exportar fruta y verdura equivaldrá a vender agua de la seca Península Ibérica a otros países a un precio muy por debajo de su coste. Eso sí que es solidaridad internacional.

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Tampoco el PHN es racional ni eficaz como los anuncios mienten. No tiene nada de ello el basar el eje de la gestión hidráulica en un gran trasvase, en contra de los planteamientos de la Directiva europea de aguas (con la que choca frontalmente) y contra la opinión mayoritaria de los expertos en hidráulica de diferentes universidades y centros de investigación de toda España. Las medidas racionales y eficaces son las basadas en el ahorro, la depuración, la reutilización, la mejora de infraestructuras y la gestión de la demanda. Estas actuaciones son necesarias desde hace tiempo, y son las que el PHN mete como complemento para 'vender' el transvase y de las que se podría obtener mucho más de lo que se prevé. El Plan tiene errores, incoherencias, arbitrariedades, omisiones, cálculos equivocados e ignora datos y elementos clave de planificación, como han denunciado los miembros expertos del Consejo Nacional del Agua y la mayor parte de los técnicos consultados por el Gobierno. ¿Dónde está la eficacia y el rigor del Plan?

La publicidad oficial no menciona el grave impacto ambiental que suponen casi un centenar de embalses y el gran trasvase. Millones de toneladas de hormigón llenando nuestro ya degradado paisaje, valiosos enclaves ecológicos inundados, más estímulos para el crecimiento urbanístico incontrolado del litoral y para el turismo insostenible... Como nos sobra medio ambiente bien conservado y en condiciones, pues nos lo cargamos un poco más. Total, ¿a quién le importa?

Finalmente queda el engaño habitual de muchos otros anuncios. No se nos informa del elevado precio del producto. Peor aún, se nos intenta hacer creer que nos va a resultar casi 'gratis'. Nada de eso. El trasvase previsto por el PHN tiene un coste altísimo, próximo al billón de pesetas, y eso que 'olvida' partes esenciales que al incorporarlas nos ofrecen un déficit de cerca de medio billón, que tendremos que pagar entre todos. Por otra parte el precio resultante del agua es muy elevado, de manera que si se repercute en el precio de consumo resultará prohibitivo para el uso agrícola (de más de 100 pts./m3); pero si no se hace así, son más gastos que vamos a costear entre todos, además de estar de nuevo en contra de las directrices comunitarias, con el peligro de retirada de la parte de financiación europea (un tercio del total), sin contar las multas que pueden venir por infringir otras directivas comunitarias (Hábitats, Impacto ambiental, etc.). Esto, no solo va a comprometer mucho la viabilidad del Plan, sino que hará que nos resulte a todos muy caro.

En definitiva, deberían retirar esta publicidad por mentirosa. El PHN ni es la solución a la 'escasez histórica de agua', ni es solidario, ni es racional, ni menos aún eficaz en la gestión del recurso hídrico. Perjudica seriamente el medio ambiente y nos saldrá carísimo a todos (aunque beneficiará mucho a las grandes empresas de obras públicas, las constructoras, los especuladores con el suelo y el agua y los propietarios de campos de golf, entre otros).

Es un negocio tan turbio como el agua sucia de nuestros contaminados ríos, de aquellos que aún llevan algo de agua, como el Segura.

Carles Arnal es secretario de la Plataforma Rural del País Valencià.

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