El Celta perdona la goleada al Oviedo
Un gol de Catanha le basta al conjunto vigués para quedarse con los tres puntos
Puede el Celta pensar en la Copa y en la UEFA, porque la Liga la metió ayer en el armario con una victoria ante el Oviedo que resultó ridícula, dadas las diferencias entre los dos equipos. Disparó 18 veces a puerta y Catanha encrespó a la gente con su falta de puntería. Se redimió después con un cabezazo que deja al equipo convenientemente alejado del peligro y listo para visitar el Camp Nou.
Por Balaídos pasó el Oviedo, pero nadie se enteró. Entró en el partido con indolencia y lo abandonó sin el más mínimo amor propio, como si considerara un éxito evitar la goleada. Ciertamente debió el equipo de Vigo castigar su desinterés por el fútbol, pero cuando entran los celestes en la dinámica de perdonar en el área les cuesta marcar hasta sin portero.
CELTA 1 |OVIEDO 0
Celta: Caballero (Pinto, m. 87); Velasco, Cáceres, Berizzo, Juanfran; Vagner, Giovanella (Jayo, m. 80); Karpin, Mostovoi, Gustavo López (Edu, m. 73); y Catanha. Oviedo: Esteban; Gaspar, Danjou, Martinovic, Boris; Keita (Raúl, m. 56), Jaime (Collymore, m. 67); Paunovic (Rubén, m. 79), Tomic, Iván Ania; y Oli. Goles: 1-0, m.58. Centro de Gustavo López que Catanha cabecea a la red. Árbitro: Ansuategui. Amonestó a Vagner, Keita, Gaspar, Paunovic, Iván Ania y Boris. Unos 20.000 espectadores en Balaídos.
Alguna vez se encontró el Celta con Esteban ya batido, pero el del guardameta es el único nombre para recordar en el Oviedo de ayer: voló de palo a palo, mandó en el área y desquició a todos menos a Catanha, el único capaz de encontrar un hueco en su portería.
Se cuentan con los dedos de una mano los equipos que sufren más que el Celta para defender en las jugadas a balón parado, pero ayer en Balaídos apareció uno, el Oviedo, que atravesó el mismo calvario aéreo que jornada tras jornada padece el equipo vigués, habitualmente incapaz de despejar y entregado al grado de acierto del rival. Quedó la primera parte pendiente del acierto en el remate del Celta, que fue nulo.
En el área del Oviedo y preferentemente después de algún rechace, fallaron Giovanella, Gustavo López, Karpin, Mostovoi y Catanha. Sobre todo Catanha, un futbolista al que no acompaña la técnica y que sólo merece ser juzgado por su capacidad de gol. Sus errores le valieron una riña con el público, que zanjó en la segunda parte con un cabezazo espectacular que acabó con el sufrimiento.
La jugada del gol sirvió de homenaje para uno de los jugadores más en forma del equipo celeste, Gustavo López. Extremo a la antingua usanza, el argentino abre la banda izquierda hasta el banderín de córner, desde el que siempre inventa un centro. Puso la pelota tan limpia en la cabeza de Catanha que un fallo de éste hubiera sido imperdonable.
El Celta se entregó al final a algunas veleidades impropias de un marcador tan ajustado, pero se sentía superior y buscaba el adorno. Con diez minutos por delante, Víctor Fernández quiso reconocer los éxitos de Pablo Couñago en la selección sub 21, pero en ese momento y sin más cambios, se lesionó Cavallero, y el delantero tuvo que regresar al banquillo.
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