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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

El 'malestar general económico'

Los analistas siguen pensando que la Reserva Federal americana bajará los tipos de interés desde el 5,5% actual al 5%, en su reunión del próximo día 20, y hasta el 4,5% hacia junio. Por lo menos, eso es lo que anticipa el comportamiento del bono americano en los mercados de futuros. Y es que el presidente de la Fed, Alan Greenspan, parece cada vez más convencido del riesgo de un excesivo enfriamiento de la economía. Ante el Congreso, vino a decir que todavía no ha terminado el proceso de desaceleración y que aún es pronto para saber si habrá o no recesión. El discurso de Greenspan fue más pesimista que el que protagonizó hace dos semanas ante el Senado. Cierto que estima que la evolución de la economía en los meses de enero y febrero es más positiva que a finales del 2000, cuando el producto interior bruto sólo progresó a una tasa del 1,1%, el peor resultado desde 1995. Pero la continuada caída de los índices de confianza no permiten muchas alegrías.

El índice de los gestores de compras (NAMP) cayó en febrero por séptimo mes consecutivo hasta los 41,9 puntos, algo mejor que los 41,2 de enero, pero lejos de los 50 que indicarían una situación neutra en la actividad industrial americana. Los pedidos han mejorado algo, lo que viene a sugerir que el sector espera una mejoría de la situación en el próximo futuro. El nivel de empleo, sin embargo, se encuentra en los niveles más bajos de la última década a causa de los despidos masivos de las grandes corporaciones, un dato que refleja la caída del 6% de los pedidos industriales en enero, para alcanzar el nivel más bajo de los últimos 10 meses.

Estos datos pueden erosionar aún más la confianza de los americanos, que todavía mantienen a niveles aceptables los gastos en compras de automóviles y en viviendas. Los gastos personales crecieron un 0,7% en enero, el mayor aumento de los últimos cuatro meses, pero los ingresos personales sólo se incrementaron el 0,6%. La tasa de ahorro, por su parte, llega a un 1% negativo, el peor registro de la historia. Así, no es de extrañar que el índice de confianza de los consumidores descendiera a 106,8 puntos en febrero, frente a los 115,7 de enero, hasta situarse a niveles similares a los de junio de 1996. Los expertos recuerdan, a este respecto, que los ahorros bursátiles se han depreciado casi la mitad el pasado ejercicio, lo que contribuye, según reconoce Greenspan, al 'malestar general económico'. Y el consumo representa dos tercios del PIB de Estados Unidos.

También en Europa siguen publicándose datos que apuntan a un enfriamiento económico. El crecimiento del PIB alemán se debilitó en el último trimestre de 2000, hasta el 0,2% frente al trimestre anterior -1,9% en tasa interanual-, lo que ha obligado a revisar a la baja, desde el 3,1% al 3%, el conjunto del ejercicio. Este dato, sin embargo, no ha influido en el ánimo de Wim Duisenberg, presidente del Banco Central Europeo, que mantiene los tipos de interés al 4,75% convencido de que el enfriamiento americano no está provocando 'un impacto significativo en la zona euro'.

Para algunos expertos, el comportamiento de la economía alemana indica que 'la ralentización está llegando a Europa'. Pero otros prefieren mirar hacia el comportamiento de Francia (el PIB creció el 3,2% en 2000) o Italia (2,9% en 2000, el mejor resultado desde 1995). Es difícil saber quiénes tienen razón. Pero Alemania representa el 35% del PIB de la eurozona. Por si acaso, los más cautos recuerdan que la inflación europea ha caído desde el 2,6% de diciembre al 2,4% en enero, cada vez más cerca del objetivo del BCE (2%), mientras que la masa monetaria M3 ha descendido al 4,7%, también acercándose al objetivo del banco de Francfort (4,5%). Duisenberg no tiene prisas por bajar tipos, pero corre un alto riesgo si, al final, el enfriamiento americano (y ojo a la crisis que atraviesa Japón) termina contagiando a Europa. Los analistas lo temen. Y de ahí la continuada debilidad del euro, que no consigue remontar los 0,93 dólares.

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