'El chip es la única vía para eliminar el fraude'

El chip se impone sobre la banda magnética como arma tecnológica para combatir el fraude de las tarjetas de crédito. Visa International encabeza la campaña para acelerar la migración hacia la nueva tecnología con un programa de ayudas financieras valorado en 164 millones de euros. Hans van der Velde, presidente en Europa de esta asociación internacional, integrada en la región por un colectivo de 5.000 bancos, explica en Londres las ventajas y objetivos de las tarjetas chip.

Pregunta. ¿Qué persigue Visa con esa inversión de 164 millones de euros?

Respuesta. Queremos acelerar la migración hacia el chip adelantando en un año la fecha límite, prevista inicialmente en 2005. Incentivamos a nuestros miembros para que adapten sus sistemas y afrontaremos el coste extra de la producción de tarjetas chip. El cambio es gigantesco, porque deben adaptar sus oficinas e implementar lectores de chip en todos los cajeros y en las terminales de los comercios.

P. ¿Qué aporta el chip?

R. La tecnología de la banda magnética ha tocado fondo y el fraude está muy extendido. La falsificación es relativamente sencilla y los impostores aciertan a borrar la información de la banda magnética, cosa más difícil en el chip. El fraude con tarjetas tradicionales crece un 50% al año, y en 2000 se concretó en 400 millones de euros en Europa. Debemos frenarlo y el chip es la única vía para lograrlo. Introduciendo la tecnología en 2004, un año antes de lo previsto, ahorraremos unos 700 millones de euros. A finales de ese año esperamos haber distribuido en Europa 180 millones de tarjetas Visa y Electron con chip.

P. ¿Qué información del cliente incluirán las nuevas tarjetas?

R. En una primera fase, la misma que en la banda magnética, pero la tecnología admite más información, como los datos del carné de identidad, el historial médico, acceso a Internet...

P. ¿Avanzamos hacia la tarjeta única?

R. Dependerá de cada individuo, y es importante que el consumidor, no el banco y menos Visa, decida cuántas tarjetas y la información que desea incluir.

P. ¿Desaparece la banda magnética con las tarjetas chip?

R. Coexistirán durante mucho tiempo, porque habrá partes del mundo sin terminales con lectores chip. En Europa, queremos cubrir el 90% de las terminales para 2004 y, a partir de esa fecha, el fraude con una tarjeta de banda magnética no se compensará.

P. ¿Es el castigo por no aceptar la nueva tecnología?

R. Con el chip ofrecemos una garantía al comercio, pero si ejecuta una transacción con banda magnética será responsable en caso de fraude. Este mismo criterio se aplicará al banco emisor.

P. El fraude está emigrando hacia el comercio electrónico a través de Internet. ¿Qué ofrece Visa para controlarlo?

R. El comercio electrónico representa menos del 1% de nuestro volumen total de negocio y, aunque el fraude es todavía mínimo, se dan muchas disputas en las transacciones por internet. Es un medio con un elevado perfil y es importante tomar medidas para asegurarlo. Hemos aprobado un sistema de seguridad, el 3D SET, que engloba a bancos, comerciantes y clientes, y facilita la identificación desde el ordenador, el móvil o la televisión interactiva. El concepto de limitación de responsabilidades también se aplica en esta área.

P. Por miedo al fraude, el 80% de los usuarios rechazan el comercio electrónico. ¿Se puede vencer esta desconfianza?

R. Sí. Diciendo al público que el sistema es seguro y, además, garantizado. Debemos implementarlo en todo el mundo y, al menos en Europa, podemos decir que es completamente seguro siempre que se trabaje con comerciantes europeos.

P. ¿El futuro del comercio depende del despegue de Internet?

R. Será una parte interesante del comercio global, pero nunca lo absorberá completamente. Yo no veo mucha diferencia entre comprar por catálogo o a través de Internet. Crecerá como mucho al 20% o 30% dentro de 10 años como mínimo.

P. Los fallos en el sistema informático de los bancos electrónicos, la quiebra de las puntocom no colaboran a afianzar la confianza del consumidor.

R. Un medio virtual, que no se puede tocar, como Internet, asusta a la gente y se deben, por tanto, tomar dobles medidas de precuación para ganar la confianza del público. Pero en un área de trabajo siempre habrá fallos. Por otra parte, las expectativas y el valor que se daba a las compañías de Internet eran absolutamente exageradas.