9 basuras 9

Cuando a finales de los años ochenta Amadeu Fabregat exclamó que la televisión valenciana sería una suma de las Fallas, las Hogueras y la Magdalena, muchos pensaron que era una fanfarronada más del periodista castellonense, que comenzó su carrera como enfant terrible del poder y la ha afianzado como mercenario de los más diversos amos. Como director general de la Ràdio Televisió Valenciana, han sucedido a Fabregat y a su equipo otros sumisos servidores del gobernante de turno que no han tenido el más mínimo escrúpulo a la hora de vulnerar los principios que inspiraron la Ley de Creación de los Terceros Canales. Desde sus primeros compases, tanto socialistas como populares han convertido a Canal 9 en un símbolo de la telebasura en España hasta el punto de que la televisión valenciana ha exportada -con dinero público, por cierto- un programa tan zafio e insultante como Tómbola.

Pero este espacio apenas es un termómetro. Canal 9 sólo ha utilizado el valenciano en los programas informativos y ha despreciado el doblaje de películas, la producción de series propias en la lengua autóctona o la realización de dramáticos; ha incumplido su obligación de defender los derechos de la infancia con la emisión de terroríficos dibujos animados de violencia; ha ignorado su deber de favorecer la igualdad de sexos y el respeto de la imagen de las mujeres; ha pisoteado la pluralidad informativa; ha fomentado las manifestaciones culturales más rancias y chabacanas; y ha burlado la profesionalidad de la inmensa mayoría de los periodistas y de los técnicos de su plantilla. 'Un programa como Tómbola no es propio de una televisión pública', ha manifestado el director general de Telemadrid, Francisco Giménez-Alemán, para explicar la supresión de este emblema de la telebasura. En más de una década de trayectoria de Canal 9, muchos valencianos todavía estamos esperando que algún alto cargo de la televisión valenciana tenga la misma vergüenza torera y dignidad que Francisco Giménez-Alemán.