LAS AVENTURAS DE SCHWARZENEGGER EN RÍO
Fue toda una aventura la presencia del actor austriaco Schwarzenegger en Río de Janeiro para asistir a los carnavales. Primero se averió su jet personal y tuvo que aterrizar en Costa Rica, donde cambió de avión. El actor no perdió su buen humor por llegar tarde a Río. Ni lo perdió cuando nada más llegar al hotel pidió un maquillador que al final no llegó porque se había quedado bloqueado en el ascensor, quizá de la emoción. Y tuvo que salir a la calle con la cara lavada sólo con agua. Y quizá por contagio de este país tan religioso en el que algunas grandes escuelas de samba comienzan sus desfiles haciendo una oración a San Francisco de Asís, o para deshacer los maleficios de sus aventuras, Schwarzenegger tuvo tiempo hasta de asistir a misa, entre samba y samba. Y vive Dios que su devoción le dio fuerzas, pues mientras su esposa, Maria Schriver, se pasó el día durmiendo después de la noche pasada en el Sambódromo, él ni tocó la cama y se pasó el día visitando Río, firmando autógrafos e intentando bailar samba hasta con las azafatas del hotel.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.