'Hakuna Matata'

El polizón tanzano vuelve a casa... después de Navidad. Sin turrón, sin guirnaldas, sin regalos. Con su beatífica e imperturbable sonrisa, pese a haberse jugado la vida en una odisea que creía conducirle a una tierra que, evidentemente, no es la Prometida. El infortunado aspirante a compartir las migajas que han caído en abundancia desde nuestras mesas, se llama Moses. Su madre -asesinada al igual que su padre- no pudo en cambio colocarle en una cesta de mimbre que recorriese los procelosos mares de la insolidadridad y el hastío para que la hija compasiva de algún faraón le adoptara.También se llama Daniel, como el profeta, pero, incapaz de demostrar su identidad y su nacionalidad, fue arrojado de nuevo al foso de los leones, aunque pueda morir en su retorno no deseado.

Y por si fuera poco, también se llama Jonás, a quien, milagrosamente, un puñado de valerosos gladiadores del Derecho rescataron de la ballena del barco en el que indebidamente se coló, sin pagar pasaje y sin papeles. Efímera alegría. El Estado al que llegó, de forma implacable e inmisericorde, va a ejecutar la orden de deportación por llamar a nuestra quietud occidental a horas intempestivas. Le hemos explicado en su corta estancia que 'España va bien', pero está completa, que aquí casi todo se mueve y circula (bienes, servicios, divisas, animales, influencias), pero no las personas. No todas.

Hace unos años nos emocionamos con la película de dibujos animados del Rey León y su lema de Hakuna Matata, que significa algo así como 'no hay problema y disfruta la vida'. Hoy supimos que esas dos palabrejas pertenece al swahili, el idioma natal del tanzano. Pues eso, Moses Daniel Jonas, de regreso a las inmensas planicies africanas, los muchos amigos que has hecho en Euskadi te deseamos que te vaya bonito, que aquí lo tenemos todo. Bueno, casi todo.-