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La "tragedia nacional" de los desempleados colombianos

Según la Comisión Económica para Amércia Latina, Colombia es el país con más paro de la región

Desde hace dos años, Jorge, un arquitecto colombiano de 36 años y padre de tres hijos, vive de "estirar los ahorros". El desempleo llegó con la crisis de la construcción y, al poco tiempo, luego de pasar hojas y hojas de vida, tuvo que aceptar que, al menos por un largo tiempo, no puede soñar con ingresos fijos y empleo estable. Vendió los coches, cambió de casa y trasladó a sus hijos de un colegio privado a otro público.

Jorge es uno de los más de tres millones de desempleados que tiene Colombia, un país de 40 millones de habitantes. El número de subempleados -insuficiente en horas e ingresos- pasa de los seis millones.

Según el Dane (Departamento Nacional de Estadísticas), el desempleo llegó en enero de este año al 20.5%, una cifra que hizo exclamar a más de un dirigente económico: "¡Es una tragedia nacional!"

Las cifras, piensan muchos no muestran el problema en su verdadera dimensión: la realidad es mucho peor. Las estadísticas en Colombia incluyen en los empleados a las personas que trabajan al menos una hora remunerada a la semana y al empleo informal y el rebusque , como se llama al trabajo esporádico, en lo que sea, para ganar unos pesos.

Colombia es hoy, lo dijo la Cepal (Comisión Económica para América Latina), el país con más desempleo de la región y uno de los peores del mundo. Otro dato alarmante: el 32% de los asalariados laboran carece de contrato, de estabilidad y de sistema de seguridad y casi el 60% de la población vive en la pobreza.

Por años, éste fue un país de economía estable. La lista de los porqués del desplome, que tuvo su peor momento en 1999 -calificado por los economistas como la peor recesión de la historia nacional-, es larga: la apertura del ex presidente Gaviria, que arrasó pequeñas y medianas empresas; la crisis de confianza durante el periodo de Ernesto Samper; los vaivenes en el proceso de paz del actual mandato y la creciente violencia.

En septiembre de 1999, la fila de unas seis mil personas, muchos de ellos profesionales, frente a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá con la esperanza de ser uno de los 30 elegidos para "limpiar alcantarillas", se convirtió en la imagen de la gran tragedia de desocupación de este país.

Según el Dane, el año pasado al menos 200.000 jóvenes tuvieron que abandonar sus estudios por falta de recursos y una investigación de Fedesarrollo muestra que la mitad de las familias recortó el consumo de alimentos y vestuario; en las barriadas más pobres, donde viven el casi medio millón de obreros que dejó en la calle la crisis de la construcción, se llegó a la indigencia.

Promesa de Pastrana

Andrés Pastrana llegó a la presidencia de Colombia con una tasa de desempleo del 16%. Una de sus banderas fue la lucha contra este flagelo y más de una vez ha anunciado programas estructurales y planes de choque. "El desempleo va a seguir muy alto. El Gobierno no esta ejecutando los programas que prometió. La verdad es que no ha hecho nada", dice el director de Fedesarrollo, Juán José Echavarría.

Para el ministro de Trabajo, Angelino Garzón, "la búsqueda de la paz esta ligada a la reactivación para generar empleo" y señala que la violencia y la guerra, que generan desplazamientos, han disparado las cifras del desempleo.

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