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Un obispo de Jaén será enterrado en mayo, 481 años después de su muerte

Una lápida, situada en el centro de la capilla, recordará a Alonso Suárez de la Fuente, según confirmaron ayer fuentes del Obispado.

Esta sepultura sustituirá al arcón que guarda los restos momificados del obispo del siglo XVI y que se ha convertido en una atracción para los curiosos que visitan la catedral.

La diócesis de Jaén lleva varios años trabajando con los descendientes de la familia de Alonso Suárez de la Fuente para intentar cerrar el largo conflicto de enfrentamiento.

Ahora se ha llegado a un acuerdo y éstos participarán en el enterramiento, que irá precedido de unas jornadas sobre la figura del fallecido.

El 'obispo insepulto', como se le conoce, estuvo enterrado en un nicho en la Catedral desde 1520 hasta 1635. Ese año se realizaron unas obras por orden de Baltasar de Moscoso y Sandoval, con las que se derribó la capilla mayor en la que estaba enterrado Alonso Suárez. Su cuerpo permaneció en la sacristía hasta 1664.

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Discrepancias

Fue entonces cuando surgió el enfrentamiento entre los familiares del obispo y los representantes de la Iglesia católica. Los primeros querían que el cuerpo se enterrase en la remodelada capilla Mayor, mientras el Cabildo de la Catedral mantenía que debía descansar en la nave del coro junto a otros obispos.

Además, alegaban los responsables de la Iglesia entonces, la nueva capilla Mayor ya no era la misma que mandó construir Alfonso Suárez y en la que se reservó un espacio para su sepultura.

Hubo que esperar casi tres siglos para que se retomasen las conversaciones entre los familiares y el Obispado. En 1941, según relato del cronista de la capital, Vicente Oya, se llegó a un acuerdo mediante el que los familiares cedían para que el obispo fuese enterrado en el coro. A cambio, los descendientes de Suárez dispondrían de un asiento de honor en la catedral.

A pesar de que parecía que todo se arreglaba, ese acuerdo nunca se llegó a poner en práctica. Durante el litigio el cuerpo ha permanecido en el interior de un arcón.

La última vez que se vieron sus restos fue en 1968, cuando, Carmen Polo, la esposa del dictador Francisco Franco, se desplazó hasta Jaén atraída por la figura del obispo insepulto.

Fue entonces cuando se pudo fotografiar el cuerpo y se vieron los ornamentos que aún conserva, introducidos en 1876. Junto a la momia hay un libro de clásicos latinos y un báculo.

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