Misión, salvar la vida de Catalina
Más de 30 especialistas trabajaron con el Sercam para trasladar a una recién nacida de Jaén al hospital Gregorio Marañón
Catalina, una recién nacida con menos de 24 horas de vida, movilizó ayer a más de una treintena de médicos y especialistas sanitarios para intentar salvar su vida. El bebé nació el sábado en Jaén y sufre una insuficiencia respiratoria grave que requirió su traslado urgente al hospital Gregorio Marañón de Madrid. La operación, considerada de 'altísimo riesgo' por la gravedad de la pequeña, duró ocho horas que estuvieron llenas de gran tensión.
Catalina nació a las ocho de la noche del pasado sábado en el hospital Ciudad de Jaén, y pesó 3,5 kilogramos. La complicación del parto sobrevino por una aspiración mecomial (respirar heces disueltas en el líquido amniótico). Al tratarse de una sustancia muy tóxica, a la niña se le quemó una parte de los pulmones, lo que le impide respirar adecuadamente, según explicó el portavoz médico del Servicio de Emergencias y Rescate de la Comunidad de Madrid (Sercam), Mario Valdés. Pronóstico, crítico.
Este diagnóstico aconsejó su traslado con máxima urgencia al hospital Gregorio Marañón, cuya unidad de cuidados intensivos (UCI) de pediatría es la más preparada de España. 'Nos avisaron desde el hospital de Jaén para que coordináramos toda la operación, ya que era de muchísimo riesgo. Somos especialistas en estas intervenciones, porque hemos hecho varias', relató Valdés.
El helicóptero sanitario con base en Lozoyuela, un Bell 412 biturbina, partió a las once de la mañana con destino a Jaén tras recoger en el helipuerto del Canal de Isabel II, en la capital, al responsable de la UCI de neonatología del Gregorio Marañón, el doctor Manuel Sánchez Luna. Antes de llegar a la ciudad andaluza, una UVI móvil del 061 salió con Catalina hasta el helipuerto. Viajaba entubada en una incubadora especial, con siete bombas que le suministraban distintos medicamentos. Además, llevaba oxígeno con baja concentración para mantener la respiración. El vuelo a Madrid duró una hora y 40 minutos, 10 más de lo previsto. El aire soplaba en contra, lo que frenó al helicóptero. 'Eso nos ha obligado a repostar en la base aérea de Getafe con el motor en marcha. Es un procedimiento prohibido, pero estábamos autorizados por la torre de control por la gravedad de la paciente', explicó el piloto, Gerardo Díaz.
A su llegada al helipuerto del Canal de Isabel II, esperaba a Catalina una UVI móvil del Sercam, que la trasladó al Gregorio Marañón. Su estado no había empeorado. Misión cumplida.
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