La captura de Guridi aceleró la operación del instituto armado
Las dos operaciones antiterroristas desarrolladas tanto por la Guardia Civil como por la Ertzaintza (policía vasca) contra el comando Donosti han tenido como común denominador las prisas. La Ertzaintza, pese a tener alguna línea de investigación abierta en Guipúzcoa, se vio sorprendida, tras el ataque con bombas contra el centro de menores de Zumárraga, con una operación entre manos que no esperaba del todo. Pese a todo, la detención del presunto liberado (a sueldo) del comando Donosti Iñigo Guridi Lasa se ha convertido en una auténtica dentellada a este grupo, sobre todo por las vías abiertas para desentrañar algunos de los atentados de la ofensiva terrorista de ETA del verano pasado.
Pero los presuntos compañeros de armas de Guridi han tenido mejor suerte. Fuentes de la investigación de la policía vasca admitieron que en su operación tantearon la posibilidad de detener a uno de los dos liberados del grupo de Guridi, aunque finalmente no pudo ser arrestado. Ayer la historia se volvió a repetir. La Guardia Civil detuvo a las novias de los dos liberados del grupo, pero perdieron el rastro de Aitor Agirre y de Asier Arzalluz, ya en alerta tras el golpe dado por la Ertzaintza el viernes. La operación de la policía vasca no ha finalizado. La segunda persona que permanecía detenida el sábado en comisaría, Eneko González, está en libertad.
