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Reportaje:

Los precios de las gasolinas se resisten a subir

Las petroleras mantienen los márgenes gracias a la moderación de los mercados europeos

Jesús Mota

El precio de la gasolina se ha estabilizado en las últimas semanas y está contribuyendo al recorte de la inflación como casi nunca lo había hecho. Entre enero y octubre, el precio de la súper ha bajado 11 pesetas por litro, desde 155,9 a 144,9 pesetas; la gasolina sin plomo se ha abaratado en otras 11 pesetas, de 144,9 a 133,9 pesetas por litro, y el gasóleo ha bajado 14 pesetas, desde 129,9 a 115,9 pesetas. En los últimos cuatro meses, las petroleras Repsol y Cepsa se han empeñado en demostrar que también son capaces de reducir los precios de forma continuada, y en algunas ocasiones lo han hecho para debilitar las posiciones de las empresas competidoras.

¿Por qué se ha producido este frenazo en los precios durante los últimos meses? La razón fundamental es la evolución muy moderada del precio de los combustibles en los mercados internacionales. La referencia directa para determinar el precio de las gasolinas y gasóleos en España no es el precio del barril de crudo, sino el de las gasolinas en los mercados de Génova y Rotterdam. En los gráficos adjuntos se puede apreciar la tendencia a la baja de los precios Ci (el precio de un litro de gasolina puesto en un barco) y de los precios antes de impuestos (Pai) en España y en Europa. Esa moderación lo explica casi todo.

El mercado español tiene refinerías orientadas hacia el mercado de Génova (las que están instaladas en la franja mediterránea) y otras orientadas al de Rotterdam (franja atlántica). La composición media de los precios de los combustibles que se adquieren para distribuir en las gasolineras españolas mantiene una proporción de 60% mercado Génova y 40% mercado Rotterdam. A esa proporción responde la estructura de precios de los gráficos. El mecanismo de precios funciona de forma tal que cuando se encarece el barril de petróleo se suele transmitir a precio de gasolinas y gasóleos; pero en algunos momentos los mercados han registrado excepciones.

Control de precios

Repsol, Cepsa y BP, que actúan como marcadores de precios en el mercado español, entienden que durante las próximas semanas no subirán los precios de venta al público. Esta tendencia conservadora se explica por varias razones. La principal, por supuesto, es que el precio inmediato de los productos se mantiene o baja ligeramente. Pero resulta que la tendencia del precio del barril de petróleo tampoco refleja una subida excesiva en el mercado de futuros. Marca ligerísimos encarecimientos. Además, la cotización del dólar es oscilante y no sigue una línea alcista.

Sería posible que en un escenario de precios moderadamente a la baja las compañías subieran los precios si, por ejemplo, necesitaran recomponer los márgenes empresariales. Esa hipótesis tampoco está respaldada por la composición de los precios. En los gráficos puede observarse la trayectoria de los márgenes brutos medios de las petroleras, medidos como diferencia entre el coste FOB (Ci) y el precio antes de impuestos (Pai). Ese margen bruto es hoy en España de 17,90 pesetas por litro. Un margen muy razonable si se observa que en junio del año pasado las petroleras estaban aguantando márgenes de ocho pesetas, insuficientes, según sus cálculos, para retribuir a todas las fases del proceso de transporte y comercialización.

Con el margen bruto, las petroleras pagan varios servicios: la descarga del producto, el coste de almacenamiento estratégico, la logística primaria -transporte del crudo hasta el puerto-, la comisión del gasolinero y el beneficio industrial. En un mercado que garantice cierta rentabilidad a las petroleras tiene que ser como mínimo de unas 17 pesetas por litro.

Las previsiones con plazo superior a más de unas semanas son más pesimistas. Hay algunos indicios de que los precios en los mercados internacionales pueden endurecerse a partir del mes de mayo. En todo caso, para esa fecha cualquier predicción es muy arriesgada. Lo que sí es seguro es que en los meses de febrero y marzo la estabilización de los precios de los combustibles contribuirá a reducir la tasa de inflación en España al menos en una décima.

El efecto es puramente estadístico, por comparación con las espectaculares subidas de precios registradas en los primeros meses del año pasado; pero ese resultado también vale. Debe resultar un alivio comprobar cómo el petróleo resta una parte, aunque sea muy pequeña, de la inflación que inyectó en otros periodos. Aunque vale decir de nuevo que el grueso del problema de inflación en España no proviene del petróleo.

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