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Entrevista:PACO IBÁÑEZ | CANTAUTOR

'Estoy contra ETA pero nunca iré a una manifestación españolista'

Paco Ibáñez conserva la palabra. Se resiste a entregar el símbolo de la individualidad frente a la confusión. 'Nos queda la palabra', decía el verso de Blas de Otero que él convirtió en una especie de himno a la resistencia. El cantautor, que hoy actúa en el teatro Isabel la Católica de Granada, mantiene intacta la rabia, la opinión que va contra corriente, la frase de aristas agudas y la memoria de todos los versos que ha cantado.

Aunque nació en Valencia su infancia la pasó hasta los 14 años en un caserío cerca de San Sebastián. Afirma que es partidario del mestizaje cultural pero no duda en hablar con estropicio sobre el conflicto vasco. 'En el País Vasco hay dos bandos, por un lado ETA y por otro este Gobierno reaccionario, neofranquista. El pacto [antiterrorista] asqueroso de Madrid es una cruzada contra lo vasco, no contra ETA', dice con vehemencia.

'Camarón me gusta, pero no hace cante jondo. Yo no le hubiera dado la Llave de Oro del Flamenco'

'Yo estoy en contra de ETA, pero a mí nunca me verás en una manifestación españolista en San Sebastián. Españolista es quien está contra la cultura y la idiosincrasia vasca (...). A los de ETA los presentan como asesinos, criminales, y tampoco es verdad. Son gentes que defienden una causa, no son tipos que matan por matar, aunque van equivocados. Con la violencia puedes conseguir algo pero ¿qué capacidad les da para construir lo que pretenden? Si lo has conseguido mediante la violencia, por la violencia lo tendrán que mantener', añade.

En 1999 Paco Ibáñez grabó junto con Imanol un disco íntegramente en vasco, Oroitzen (Recordando). Hoy Imanol ha huido de su país amedrentado por los nacionalistas cercanos a ETA.

'No sé cuántas veces le he dicho a Imanol el valor que tenía de aguantar. Había gente que al pasar junto a él escupía o empleaba la ironía vasca. Yo no hubiera aguando. Él se ha ido pero debe ir con cuidado porque le están ofreciendo plataformas que se pueden volver en contra suya. Imanol debe respirar, cantar y mucho ojo con quién le entrevista y por qué', advierte.

Contrastan las opiniones de Ibáñez sobre el nacionalismo con su apertura a cuantas influencias han llovido sobre él. 'El que practicó el mayor mestizaje fue Bach. Cada nota es fruto de Vivaldi, Couperin, Buxtehude... No hay que tener miedo a las influencias. Cuanto más cosmopolita más abarcas, aunque quizá entonces aprietes menos. No sé, ahí me pierdo pero el concepto de mestizaje me atrae'.

Una de sus pasiones es el flamenco. Habla Ibáñez con la autoridad del aficionado: 'El flamenco es parte de mi vida. El cante jondo es un gran misterio, al que se escapa siempre. Los grandes para mí son Antonio Chacón, El Talega, Mairena y Morente, el gran innovador', afirma.

¿Y Camarón? 'Camarón me gusta pero lo que hace no es cante jondo. En París lo escuché en el Círculo de Invierno. Se puso a cantar por lo bajo unos tarantos y de repente empezó a desaparecer el lugar, la gente, yo mismo. Fue algo extraordinario. Hasta él desapareció. Aun así lo que hace no es cante jondo y yo no le hubiera dado la Llave de Oro del Cante. Lo digo con todo el cariño. Otra llave sí, individual, pero la de oro no'.

Pero lo que no está dispuesto a aguantar son los imitadores de Camarón, a los él que llama despectivamente los camaroncitos.. 'No aguanto esa andaluzada que estamos viviendo ahora, como si estuviéramos en un posfranquismo cultural, como en la época de Lola Flores y Caracol. Eso no representa lo andaluz. Es, junto con el fútbol, la forma de idiotizar a un país'.

La primera vez que musicó un poema, en 1958, eligió a Góngora, después de contemplar la foto de una andaluza, enlutada, de espaldas al mar. Luego compuso la melodía para La canción del jinete, de Lorca y, verso a verso, hoy su repertorio está formado fundamentalmente por poemas de creadores andaluces. ¿Cuestión de azar? 'No, cuestión de abundancia de poetas', reponde.

Hay poetas, sin embargo, que se le resisten, como Jorge Guillén: 'Es una poesía cincelada, como mármol de Carrara. Me deja helado. Reconozco su alta construcción poética, pero yo pido una poesía que nos acompañe, que nos haga sentir, reflexionar, reír'.

Paco Ibáñez sigue cantando Andaluces de Jaén, pero los olivos los administra ahora un comisario de la Unión Europea. 'Sí, pero la potencia, lo perenne de un verso bien clavado, como el de Miguel Hernández, nadie lo puede bombardear. Es intocable'. Al final, un recuerdo para Carlos Cano: 'No nos conocíamos mucho. Nos encontramos en París, Madrid, Granada, pero aunque estuviéramos lejos permaneció el cariño de esos encuentros. Sentí mucha pena'.

Paco Ibáñez, ayer, durante la entrevista en un hotel de Granada.
Paco Ibáñez, ayer, durante la entrevista en un hotel de Granada.JUAN BARRIO

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