Sílvia Munt debuta en la dirección de cine con una historia de amor maduro
Sílvia Munt cuenta en su primer largometraje como directora una historia de amor maduro. Un romance entre un malcarado ejecutivo viudo, con cuatro hijos ya emancipados, que acaba de sufrir una embolia, y su fisioterapeuta, una mujer cubana dulce y sensible que se empeña no sólo en recuperar el cuerpo del enfermo, sino también su carácter. La película, realizada expresamente para la televisión, se titula Quia, y TV-3 la estrena mañana por la noche. El mallorquín Simón Andreu y la cubana Mirtha Ibarra son los protagonistas.
Recién llegada de Francia, donde acaba de rodar como actriz L'Ainée des Ferchaux junto con otro galán maduro, Jean-Paul Belmondo, Sílvia Munt reunió ayer a algunos de los actores de su ópera prima y, con ellos, presentó su película a la prensa. Recordó Munt que cuando recibió la oferta de la productora Ovideo para dirigir un telefilme, su primera reacción fue rechazarla, y de hecho lo hizo, aunque ya tenía experiencia de ponerse tras la cámara. Había realizado dos cortos, uno de los cuales, Lalia, obtuvo un Goya. Luego recapacitó. 'Pensé que dirigir una película para la televisión era la manera de hacer un largometraje sin tener la hiperresponsabilidad de la gran pantalla', confesó.
Además le gustó el guión, de Anna Llauradó. Le pareció a la directora que esa historia de sentimientos que narraba Quia se acomodaba mucho a su estilo. Y en el traslado del papel al celuloide ha intentado transmitirla, según dijo, 'retratando dos maneras de entender el mundo, la del norte, que representa el personaje de Frederic, interpretado por Simón Andreu, más práctica y fría, y la del sur, más sensorial, simbolizada en Quia, a la que encarna Mirtha Ibarra'.
Sílvia Munt aseguró estar particularmente orgullosa del elenco de Quia. Tanto que le vino al pelo una de las frases que Ingmar Bergman acostumbra a emplear: 'Él suele decir: 'No soy un buen director, pero hago buenos repartos'. Pues, eso mismo pienso yo ahora sobre mí misma'.
Acerca de la elección de la cubana Mirtha Ibarra, que se hizo popular en España por su trabajo en Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea, y años más tarde volvió a seducir al público español con Cuarteto de La Habana, de Fernando Colomo, la directora afirmó que tuvo muy claro que era la actriz que mejor daba el personaje. 'Organizamos pruebas de selección para actrices cubanas. Algunas eran muy buenas, pero se comían literalmente a Simón Andreu. Y eso no nos convencía. Buscábamos una mujer apasionada y racial, pero que no fuera exagerada, que poseyera esas cualidades, aunque atenuadas, y eso nos lo proporcionó Mirtha Ibarra', contó Munt.
La directora no escatimó piropos para Simón Andreu, un actor del que dijo que 'no está suficientemente valorado'. 'Su papel es difícil, porque experimenta una gran transformación física y mental desde que empieza la película hasta que acaba, y él lo interpreta magníficamente', señaló. El resto del reparto está integrado por actores bien conocidos por los telespectadores de TV-3, como Àlex Brendemülh, Àngels Gonyalons y Ruben Ametller -el Ramon de El cor de la ciutat-, que interpetan a los hijos de Frederic; Sílvia Vilarrasa y Abel Folk, que encarnan a su nuera y yerno; Maife Gil, en el papel de la abnegada criada, y Jesús Ferrer, en el de su colaborador en la empresa y fiel amigo.
A contracorriente
Sílvia Munt es consciente de que su película no contiene los ingredientes del típico filme comercial, y eso, lejos de incomodarla, la hace sentirse orgullosa. 'Es una cinta muy a contracorriente. Cuenta una historia de amor entre dos personas que no son jóvenes. Para entendernos, no son ni Brad Pitt ni Penélope Cruz. Plantea un choque entre dos culturas. No hay muertos, ni urgencias, ni terremotos, ni grandes catástrofes, ni efectos especiales de esos que provocan que el espectador no pueda apartar los ojos de la pantalla. Es sencillamente una historia de amor entre dos personas, una aproximación sin pretensiones al comportamiento humano', describió la directora.
Admitió Sílvia Munt que el gusanillo de la dirección cada vez le pica más fuerte, si bien no hasta el punto de abandonar por completo la interpretación. 'Aunque', confesó, 'cada vez me gusta más mirar yo a los actores en lugar de que me mire el público'. Lo ideal, comentó, es poder seguir combinando ambas cosas. Descubrió entonces que uno de los atractivos que ha encontrado en el oficio de realizadora tiene que ver con el de actriz: 'Me gusta dirigir porque cuando lo hago, de hecho, estoy interpretando todos los personajes a la vez'.
Documental sobre Gala
Sílvia Munt avanzó ayer que lo que más le interesa destacar de la personalidad de Gala en el documental es su talante 'misterioso y contradictorio', que está descubriendo estos días a través del material que maneja para la preparación de la película, en particular cartas y papeles escritas por los hombres que la trataron. Además de Salvador Dalí, Max Ernst y Paul Eluard, entre otros.
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