Vázquez Consuegra se muestra sorprendido por la alternativa municipal a su jardín del Muvim

El edificio está concluído, a falta del mobiliario. Pese a la imagen dura de su fachada zigzagueante de hormigón recayente a los jardines del Antiguo Hospital General, en el barrio de Velluters, sorprende la gran cantidad de luz natural que inunda todas las estancias próximas al enorme vestíbulo en el que desemboca la rampa descendente que marca el recorrido de la exposición permanente.

Destaca también la preocupación por los volúmenes y espacios y por contrarrestar las texturas de los materiales empleados, como el hierro, el vidrio, la madera, la cuarcita del suelo y las planchas rojizas y grisáceas de hormigón. Las amplias salas temporales constituyen uno de sus mayores atractivos. Serán gestionadas por la subsecretaria de Cultura, Consuelo Ciscar, a través del Consorci de Museus, tras el acuerdo con la Diputación, propietaria del museo cuyas obras costaron alrededor de 2.000 millones de pesetas.

Vázquez definió ayer el edificio como 'una gran gran escultura de hormigón descoyuntada'. Un 'lienzo' sobre el que se debe proyectar el jardín. Por ello, concede tanta importancia a su diseño del jardín arqueológico que sacará a la vista algunas piezas. Sin embargo, ya iniciada la primera fase del entorno más próximo al museo, con un presupuesto de 170 millones, la concejal encargada de los jardines de barrio ha desconcertado con su diseño alternativo elaborado en noviembre. Sobre todo, porque el Ayuntamiento y las consejerías de Obras Públicas y Cultura ya han dado su visto bueno al proyecto..

Esta situación ha llevado a que el Colegio de Arquitectos de Valencia organizara ayer una mesa redonda sobre las jardines del hospital. Con anterioridad, el presidente del Colegio, Vicente Casanova, se mostró partidario de la unidad de actuación entre el museo y el jardín. A su lado, el arquitecto andaluz explicó su reorganización de los deteriorados jardines a partir de los dos antiguos cruceros (ver gráfico). También aseguró que mantendrá el arbolado y añadirá más vegetación, y achacó el presupuesto total de su proyecto -600 millones, de los que unos 430 corresponden a la segunda fase consignada este año por el Plan Riva de Obras Públicas- a la calidad del mismo y a los precios municipales del metro cuadrado de jardín. El proyecto municipal, diseñado por una empresa de paisajismo, se eleva a 361 millones y propone un cambio del arbolado existente. Según fuentes de la Diputación, carece de varios requisitos exigidos. La edil declinó ayer responder a este periódico sobre la cuestión.

La primera fase del proyecto está prevista que concluya antes del verano. Será entonces cuando se abra el museo al público y se vea la exposición permanente dedicada a la Ilustración que ha costado alrededor de 400 millones. Un recorrido rápido por la misma permitió ayer comprobar que parece orientada sólo a un público muy joven, siendo la primera impresión bastante pobre, si bien no se contó con los efectos de luz y sonido y el acompañamiento audiovisual e interactivo previstos. No obstante, esta impresión abona el debate particular que persigue al Muvim sobre la necesidad de su existencia, y el debate general sobre la construcción de espléndidos contenedores cuyo contenido es, al menos, discutible.