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El acusado del crimen de Punta Umbría confiesa ante el juez

Abdelhakim Bivet Biver, un marroquí de 31 años, reconoció ayer ante el juez que estranguló hasta la muerte a María del Pilar García, de 25 años, natural de Vitoria, en su casa de Punta Umbría (Huelva), aunque defendió que se encontraba bajo los efectos de la droga. El cadáver de la joven fue hallado descuartizado el 20 de noviembre de 1999 escondido en dos bolsas de basura y tirado en un paraje cercano a la localidad onubense de Gibraleón. El presunto homicida, que se dio a la fuga, fue detenido a finales de ese mismo año en Toledo.

El juicio contra Bivet y el presunto cómplice y encubridor de los hechos, Manuel Jesús Rubio, comenzó ayer en la Audiencia de Huelva con un jurado popular compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres.

El fiscal, Fernando Gómez Recio, solicita para Bivet 12 años de cárcel, mientras que la acusación particular eleva la petición a 15 años. Para Rubio, los letrados solicitan una condena de tres años. El abogado de la defensa, Jaime Gálvez, pidió ayer la libre absolución del marroquí, argumentando la atenuante de arrepentimiento y los eximentes de alteración psíquica y drogadicción. 'Se trató de un homicidio imprudente', según el letrado.

Discusión y agresiones

Los hechos sucedieron en septiembre de 1999, cuando la joven abandonó al que había sido su compañero sentimental y se dirigió al domicilio del acusado, con quien mantenía relaciones esporádicas. Allí, el presunto homicida pidió a María del Pilar que abandonara la casa, lo que derivó en una fuerte discusión y agresiones que acabaron en la muerte de la joven.

Durante más de un mes, según la acusación, el supuesto homicida escondió el cadáver bajo su cama y, posteriormente, en un congelador que pidió prestado al dueño del bar de Punta Umbría en el que trabajaba. Supuestamente, días después, en compañía del presunto encubridor, descuartizó el cuerpo congelado, que fue abandonado en el paraje conocido como El Rincón, en Gibraleón.

El fiscal desmontó ayer buena parte de los argumentos de la defensa, después de que el acusado cayera, al menos, en dos contradicciones. La primera sobre su adicción y la de la víctima a la droga. Bivet dijo que 'tenía el mono [síndrome de abstinencia]' cuando fue visto por un médico tras su detención, a lo que el letrado argumentó que el informe del facultativo 'no encontró indicios' de esta circunstancia'. En una segunda ocasión, el presunto homicida aseguró que la joven, en la noche del crimen, había fumado droga en su casa. Gómez Recio aludió a la autopsia realizada por el Instituto Nacional de Toxicología, 'que no halló restos de droga en el organismo de María del Pilar'.

El presunto encubridor aseguró que Abdelhakim intentó matarle 'con un cuchillo de grandes dimensiones' mientras intentaban deshacerse del cadáver. Rubio defendió, además, que 'sólo había visto algunas veces' al acusado.

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