El Gobierno comunica al PSOE el inicio del diálogo para el pacto de inmigración

El Gobierno, no obstante, insistió en que no aceptará cambios en la nueva Ley de Extranjería y en los postulados sobre la legalización de los inmigrantes irregulares. El PSOE resta importancia a estos condicionantes ya que lo fundamental, a su juicio, es comenzar el diálogo, sin especular sobre a dónde conducirá. La primera reunión se celebrará este viernes. Los socialistas pidieron, eso sí, que mientras la negociación esté abierta no se apliquen sanciones a los inmigrantes en situación irregular.

Ayer había gran satisfacción en el primer partido de la oposición. Apenas 24 horas después de que el Gobierno y la dirección del PP mostraran desdén ante la oferta negociadora del PSOE, el gabinete del presidente del Gobierno comunicó al gabinete del líder socialista que se aceptaba el inicio de negociaciones. Los barones socialistas proclives a recurrir ante el Tribunal Constitucional la Ley de Extranjería mantienen, no obstante, su tesis de que es compatible la negociación sobre 'una política integral de inmigración' y el recurrir tres artículos de la Ley de Extranjería. La Ejecutiva Federal asume esa situación, según reconocieron con cierta resignación varios miembros de ese órgano. Caldera pidió ayer al Gobierno que durante la negociación se abstenga de aplicar la ley en los aspectos que pueden 'rozar la inconstitucionalidad'. Es decir, que no sancione a los inmigrantes por reunirse o por hacer huelga.

Lo importante para Zapatero es que el Gobierno ha accedido, e incluso señaló al ministro del Interior, Jaime Mayor, como su interlocutor. El PSOE respondió que Jesús Caldera será su representante en esa negociación.

Pero todo hace pensar que Mayor Oreja no será durante mucho tiempo el representante del Gobierno ya que en breve el PP le nombrará su candidato a la presidencia del Gobierno vasco. El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Luis de Grandes, reconoció que la interlocución pasará previsiblemente 'al ámbito parlamentario y a la dirección del partido'. El propio De Grandes o el secretario general del PP, Javier Arenas, podrían pasar a ser el negociador representante del PP.

El PSOE resta importancia a la identidad de las personas ya que su objetivo es abrir una negociación estable y que pronto entren en juego instituciones y mesas de negociación que vayan resolviendo los problemas reales de la inmigración.

De momento, ni el PP ni el PSOE renuncian a nada. Los socialistas indican que para ellos es 'muy importante' la defensa de los derechos fundamentales de reunión, huelga y manifestación que ahora no recoge la Ley de Extranjería pero, junto a eso, subrayan que 'lo urgente' es implicar a empresarios, sindicatos, comunidades autónomas y ayuntamientos en la resolución de los problemas elementales de los inmigrantes, según manifestó ayer Jesús Caldera.

El portavoz de CiU en el Congreso, Xavier Trias, advirtió al PP y al PSOE de que cometerían 'una equivocación' si en su negociación no tienen en cuenta a otras fuerzas parlamentarias.