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LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

Zapatero propone a Aznar un plan de inmigración con 7 ejes fundamentales

Aunque esos siete ejes no se han plasmado aún en un documento, sus políticas fundamentales, que 'no están ni en la ley ni en el reglamento', irían hacia la creación de una mesa de diálogo como marco adecuado para tratar la regulación de los flujos migratorios de acuerdo con el desarrollo económico de España, el montaje de foros administrativos para su gestión, un ámbito específico de trabajo de sindicatos y empresarios, la habilitación de partidas presupuestarias para comunidades autónomas y ayuntamientos y la estrecha colaboración con la política que vaya diseñando la Unión Europea. Además el pacto establecería la exclusión de la inmigración de la lucha política entre ambos partidos.

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A pesar de esta propuesta, es más que probable que algún gobierno autonómico socialista presente recurso de inconstitucionalidad a la Ley de Extranjería.

El horizonte que marcó el líder del PSOE ayer en la reunión de su ejecutiva es preparar a España en materia de inmigración para los próximos 20 años. Por lo que situaciones coyunturales como el desdén del Gobierno; el fin del plazo el próximo 23 de marzo para recurrir ante el Tribunal Constitucional la actual ley de Extranjería y su absoluto rechazo al recorte de derechos fundamentales de la persona en la ley del Gobierno, le parecen asuntos importantes pero mucho menos que 'un gran acuerdo nacional' sobre inmigración. Zapatero recomienda para sí y para los demás, en este asunto, el ejercicio de la virtud 'de la templanza'. Y en esa línea aventuró que 'el acuerdo es posible' si el PP y el PSOE se desprenden de sus intereses partidistas.

Diferentes miembros de la ejecutiva aseguran que este órgano de dirección apoyó sin fisuras al líder del PSOE para que siga adelante con la oferta al Gobierno.

'En las próximas horas', según expresión de Zapatero, habrá un nuevo mensaje oficial del PSOE al Ejecutivo, a través de sus respectivos gabinetes, en el que se tratará de responder a los interrogantes sarcásticos del Gobierno sobre de qué quiere hablar Zapatero con el presidente.

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'La ley es sólo un elemento más de la política de inmigración, y no el más importante como se está viendo cada día en los pueblos, en los campos, en las ciudades', dijo un miembro de la ejecutiva. En este órgano de dirección hubo conformidad para extraer de la lucha partidista todo lo relacionado con la inmigración, si el Gobierno lo acepta.

En la reunión algunos miembros de la ejecutiva hicieron una reflexión sobre la necesidad de que las decisiones de ese órgano se respeten por todos. Asistentes a la reunión sitúan esas consideraciones en los conflictos territoriales a causa del Plan Hidrológico Nacional y sobre el posible recurso a la Ley de Extranjería, pese a que Zapatero descartó esa opción por parte del Grupo Parlamentario.

Los recursos de los 'barones'

Pero en el máximo órgano de dirección socialista se sientan todos los barones que tienen en estudio recurrir esa ley: el primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla; el secretario general de Castilla-La Mancha, José María Barreda; y los presidentes de Aragón y Baleares, Marcelino Iglesias y Francesc Antich. Estos dirigentes mostraron todo su apoyo a Zapatero para que siga adelante con la oferta al Gobierno y casi sin ponerlo en relación continuaron sin descartar por su parte interponer recursos de inconstitucionalidad. Y en sus discursos tratan de convencer de que ambas cosas son 'compatibles' e incluso de que no tiene que ver un plan nacional de inmigración con recurrir tres artículos de una ley por supuesta vulneración de derechos fundamentales de la persona.

Este mensaje no sólo no cala en el PP sino que es utilizado como prueba de la falta de autoridad que atribuyen a Zapatero. José María Aznar, el Gobierno y la dirección del PP siguen sin creer en la capacidad de cohesión y liderazgo del secretario general como único interlocutor del PSOE en general y en particular para los grandes asuntos de Estado a debate en estos próximos mes. Se lo aventuró Aznar a Javier Arenas en el transcurso de la reunión ayer del Comité Ejecutivo Nacional del PP cuando le señaló que tendrá que ocuparse mucho en estos meses en salir al paso de las contradicciones permanentes que continuarán observándose entre la Ejecutiva Federal del PSOE y algunos de sus barones territoriales. Aznar, dentro de la sala, respondió a las permanentes ofertas de pacto de Zapatero advirtiéndole de que esas apelaciones a los grandes consensos 'no pueden servir para tapar las guerras internas de los partidos'.

Arenas subrayó, en esa línea crítica con Zapatero, que el diálogo y los pactos como el que se demanda sobre inmigración están muy bien pero para remarcar: 'En estos momentos desconocemos la posición del PSOE'. Y le reprochó abiertamente a Zapatero falta de seriedad, credibilidad y coherencia, además de ratificar que el Gobierno no cambiará la actual ley.

José Luis Rodríguez Zapatero, durante su visita, ayer en Madrid, a la feria de arte Arco 2001.
José Luis Rodríguez Zapatero, durante su visita, ayer en Madrid, a la feria de arte Arco 2001.CLAUDIO ÁLVAREZ

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