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Columna
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Responso

Ahora que ya roza el limbo, el presidente de la Generalitat debería liberar al consejero de Sanidad, Serafín Castellano, de la tribulación de tener que transportar su propio cadáver político hasta la próxima crisis del Consell, que en todo caso no se producirá hasta que José María Aznar, a propósito de las elecciones vascas y la proclamación de Jaime Mayor Oreja como candidato a lehendakari, haga la suya y deje caer el lastre de Celia Villalobos y Miguel Arias Cañete, y quizá también le corte la melena a Pío Cabanillas. Por conmiseración a Castellano, que no puede disimular los síntomas de rigor mortis, Eduardo Zaplana tendría que romper su propio juramento de mantener a los difuntos en posición de combate más allá de la muerte, precepto al que se aferra para no dar la sensación de que los periódicos le dictan la agenda política y, sobre todo, para no dar el gustazo a quienes piden la destitución. Tendría que tomar la iniciativa y anticiparse a lo que hagan en Madrid, puesto que Castellano no aguanta el trago ni con el maquillaje sonrosado del segundo escalafón. Diego Such era un profesional de la comedia, y pese a que olía a fiambre desde que se divulgaron los asuntos de su chalé, todavía pudo viajar como el Cid por todo el mundo a cargo del Ivex con la mascarilla cínica y la sonrisa de corderito, hasta que llegaron las elecciones y escenificó su repentina vocación municipal a iniciativa propia. Pero Castellano no tiene las tablas de Such. Ni las de Luis Fernando Cartagena, a quien la muerte sienta estupendamente. Ni tan sólo las de José Emilio Cervera, que incluso ahora cree en la resurrección de los cuerpos a propósito del archivo de la querella fallida de Esquerra Unida. Casi produce tristeza ver a Serafín Castellano sobrellevando el esqueleto cuando se cae a trozos, esforzándose en tapar los agujeros de las dos muestras positivas de legionella detectadas en el hospital General de Elche y en el hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva. Zaplana debería dejar que los muertos descansaran en paz. Incluso su propia estrategia se lo requiere.

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