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CRISIS EN ORIENTE PRÓXIMO

Aznar reclama a israelíes y palestinos medidas de confianza urgentes para salir de la crisis

Todo ello sitúa al presidente español más cerca de las posiciones del presidente israelí saliente, Ehud Barak, con quien se entrevistó durante al menos una hora, al término de esta gira que, según confirmaron ayer fuentes diplomáticas israelíes, si se prolongó hasta Jerusalén 'fue por una iniciativa exclusivamente española', que las autoridades hebreas aceptaron 'en virtud de la amistad entre los dos países' y a pesar de que 'el momento no era el mejor'. Ayer, la coincidencia del sangriento incidente del autobús que se lanzó contra medio centenar de israelíes y de dos atentados consecutivos de Israel contra dirigentes palestinos llevó la situación a su peor momento.

'Estoy preocupado y me marcho preocupado, porque he encontrado una situación mucho más deteriorada de lo que podría pensarse', dijo Aznar tras mantener la ronda de entrevistas que concluyó con la del ministro saliente de Asuntos Exteriores, Shlomo Ben Ami, el negociador de los acuerdos de Taba que pusieron a israelíes y palestinos 'más cerca de la paz que nunca', según han reconocido las dos partes. Una de la conclusiones que Aznar sacó de sus entrevistas de ayer es que la posibilidad de un Gobierno de unidad nacional con ministros del Likud y laboristas 'está sólidamente fundada', de manera que es posible que Barak o el propio Ben Ami se integren en el próximo Gabinete.

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Una visión diferente

De Sharon, Aznar constató que 'representa una visión diferente de lo que ha sido la política de Israel hasta ahora', que introducirá en el proceso distintos 'matices y variaciones'. También dejó claro que no desea en absoluto demonizar al presidente electo. 'No se puede trabajar sobre prejuicios', reiteró. 'Hay que escuchar a la gente y prescindir de las ideas preconcebidas, no hacer películas de buenos y malos, o de palomas y halcones, sin matices. Si se hubieran aplicado a Begin muchas de las críticas que se hacen a Sharon, probablemente no se habrían firmado nunca los acuerdos de paz entre Israel y Egipto', dijo.

Fuentes gubernamentales indican que la reunión entre Sharon y Aznar se abrió con una larga exposición histórica del primero, en la que, detallando incluso las oleadas migratorias judías y las distintas fases de la construcción del Estado de Israel, éste trató de 'explicar' sus puntos de vista, incluido el 'derecho prioritario' de Israel a la soberanía de Jerusalén, uno de los argumentos que amenazan la asunción por el nuevo Gobierno de los acuerdos alcanzados antes de las elecciones. Las fuentes citadas insisten en que el tono del primer ministro electo fue eminentemente 'didáctico'. Sharon insistió, no obstante, en el problema de la seguridad, apoyándose repetidas veces en los luctuosos hechos del día.

Aznar, por su parte, señaló que 'las condiciones económicas en los territorios palestinos son difícilmente soportables' y que es urgente avanzar hacia su 'normalización', cosa que, subrayó, 'sólo será posible si cesa la violencia'. En su conferencia de prensa, el presidente dijo que él 'no hace comparaciones', como las que poco antes había hecho Barak ante la prensa israelí, entre el terrorismo de ETA y el de los palestinos, aunque, añadió, 'yo soy contrario a todo tipo de terrorismo'. Aznar no se hizo eco ante sus interlocutores de las duras críticas vertidas por la Comisión Europea contra los atentados selectivos perpetrados por las fuerzas de Israel, a pesar de que, según dijo a los periodistas, ninguna posición de la UE le es 'ajena'.

Aznar le expuso, en cambio, a Sharon que es 'más razonable' que se busque un acuerdo de paz 'definitivo' y no provisional, porque, en la actual situación de 'frustración y falta de expectativas', 'es necesaria una perspectiva, ver el final del proceso', ya que 'la fragilidad de los elementos' que se manejan puede conducir a nuevos deterioros profundos. Aznar reiteró que no ha planteado una posible segunda Conferencia de Madrid 'ni a Sharon, ni a Barak, ni a Arafat', con el que se reunió en El Cairo el pasado lunes, 'por la sencilla razón', explicó, 'de que para celebrar una conferencia de paz tiene que haber condiciones, se celebre donde se celebre, y ahora, sencillamente no las hay'.

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