Enganchada al teléfono

Había ayer un grito unánime en el mercado: vender todo lo que estuviera relacionado con las operadoras de telefonía. Un negocio que ha sido el motor de la bolsa en los dos últimos años y que lleva ya varios meses perdiendo fuerza. Sin embargo, los expertos consideran que se está produciendo el mismo gregarismo en el mercado, aunque a la inversa, que en los momentos de euforia desmedida. Hay, pues, una cierta sinrazón. Los 13,2 billones de pesetas que valía ayer al cierre Telefónica pesan mucho en el conjunto del mercado español. Además, si unen sus participadas, ayer al cierre de la sesión, en la configuración final del índice Ibex 35, el sector de las telecomunicaciones pesó el 28,28% en la evolución de este selectivo indicador.

Pero en la bolsa española, acostumbrada siempre a movimientos más exagerados que en las plazas europeas (aquí se sube más cuando se sube y se baja más cuando llega la hora de los recortes) sólo cinco valores del Ibex 35 consiguieron escapar del aluvión de ventas. Razones claras para este movimiento bajista no las había, después de un discurso poco esclarecedor, aunque nada negativo, del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, en la sesión anterior.

Así, de tan granado grupo de valores sólo se salvaron las dos grandes eléctricas, Endesa e Ibredrola, y Dragados, FCC y Acerinox.

En estos días se siguen conociendo los resultados de las compañías al final del pasado ejercicio, y las cifras hablan de un buen año para las empresas que habrá que confirmar en el futuro, ya que el mercado descuenta lo que está por venir.