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Una veintena de bares del centro de Málaga se suma al carnaval en la calle

La fiesta carnavalesca en la calle está a punto de comenzar. A este primer carnaval del siglo se han unido veinte bares del centro malagueño para participar en la maratón del sábado y el domingo, y servirán también de escenario para que las agrupaciones canten sus mejores cuplés y pasodobles. Se repartirán disfraces de piratas, vampiros, indios, presos, forzudos y chinos entre los camareros, que invitarán a los clientes a que también se sumen, como cada febrero, a esta divertida forma de evadirse de la rutina.

Mañana viernes se celebra la final del concurso de agrupaciones en el Teatro Cervantes. Comparsas, murgas, cuartetos y coros han luchado durante cuatro días por pasar a una final en la que sólo podrán estar cinco agrupaciones en cada una de las dos modalidades principales. El jurado decidirá si también habrá cuartetos y coros. Grupos con nombres tan pintorescos como Entre risitas y peitos, así me veo de bonito, Hiji Arza, esto es una comparsa, La Farola o Mi Tierra han satirizado y criticado la realidad social malagueña con gran sentido del humor.

El sábado, la fiesta tomará las calles. Este año el disfraz de moda resulta ser el de vaca loca, agotado en muchos de los establecimientos especializados.

Sobre las ocho y media de la tarde se inaugurará el alumbrado oficial y Karina abrirá la fiesta con el pregón. Antonio Montiel la ha inmortalizado en el cartel que anuncia las fiestas de 2001 'Es un a figura muy vinculada a la vida malagueña. Sus hijos se han criado aquí y nos agrada con su presencia en feria y Semana Santa. La verdad es que la podemos considerar malagueña de adopción', dice Miguel Ángel Crespo, presidente de la Fundación Ciudadana del Carnaval.

Posteriormente, se vivirá uno de los momentos más espectaculares: la elección del dios Momo. Ésta divinidad es la que rige el carnaval y para rendirle pleitesía se diseñan y se crean los disfraces más exuberantes, ricos y laboriosos que lucirán los concursantes. Tras el desfile, el recorrido por los bares y las coplillas.

En tiempos de la República existía ya un carnaval muy importante en Málaga. 'Era tan políticamente incorrecto que muchos acababan en la comisaría. El pueblo manifestaba su opinión', afirma Crespo. Sin embargo, la guerra acabó con esta tradición, reducida durante la dictadura tan sólo a diversas fiestas particulares y elitistas. En 1979 dos grupos, Claudio y sus senadores y los Mahoma, comenzaron a hacer sus canciones en la feria de agosto. Un año más tarde volvió la fiesta a las calles de la ciudad y se inició un imparable proceso de resurgimiento.

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