Ordenaza-vigilante

Había una vez un instituto donde reinaba la calma hasta que con la implantación de nuestra querida LOGSE aparecen unos pequeños que no tienen muy claro que quieran estar allí y a los que hay que tratar de diferente forma.

Las puertas de los IES, que antes permanecían abiertas durante toda la mañana, tienen que cerrarse. Se necesita un vigilante, alguien que ponga orden en las puertas y en los recreos, sobre todo, y, ¿en quién se piensa? Aquí tenemos ordenanzas laborales que nos pueden servir para todo, dada la amplitud de sus funciones y las diferentes lecturas que se pueden hacer de ellas. Se les pone un garito en la puerta y ya tenemos el IES controlado.

Esto crea malestar general y conflictos de convivencia que antes no se habían dado y que seguirán produciéndose cada vez más mientras no exista un convenio claro y definido. Otro día os contaremos también otras reconversiones, por ejemplo, los maestros se convierten en cuidadores asistenciales cuando firman un contrato laboral; los auxiliares trabajan como administrativos sin cobrar como tales; las limpiadoras hacen de lavandera cuando se necesita, etcétera.

Todos los laborales podemos, en un momento dado, ser tocados por la varita mágica que nos reconvierta y cambie nuestros planes de trabajo.

¿Durante cuánto tiempo seguiremos los laborales sirviéndole a la Administración para hacer frente cada día a los problemas que surjan, sin que se creen nuevas plazas en la RPT?-