Sharon dice que está a las puertas de un Gobierno de unidad nacional
El Partido Laborista y el Likud están a las puertas de un Gobierno de unidad nacional -el tercero desde la fundación del Estado de Israel-, según anunció ayer el jefe electo del Ejecutivo, Ariel Sharon, mientras los dos equipos negociadores se preparaban para celebrar otra ronda de conversaciones en un hotel de Jerusalén.
'Estoy a punto de formar un Gobierno de unidad nacional como había prometido', aseguró Sharon a un grupo de destacados militantes del partido Likud en el transcurso de una reunión en Tel Aviv. El líder ultranacionalista tranquilizó a los dirigentes de su organización al afirmar que 'el principal objetivo de este Gobierno será establecer la seguridad' y, en un segundo estadio, 'hacer la paz con los palestinos'.
Las declaraciones triunfalistas de Sharon fueron confirmadas por el portavoz laborista en las negociaciones, el diputado Raanan Cohen, quien afirmó que esperaba poder concluir un acuerdo de coalición con el Likud antes del domingo.
El principio de acuerdo alcanzado por los equipos del Likud y los laboristas deberá ser supervisado y ratificado en las próximas horas por los dirigentes Sharon y Ehud Barak, en colaboración con Simón Peres, quienes han configurado una especie de sanedrín desde donde se controla y homologa la marcha de las negociaciones y un posible pacto. La situación es tan delicada que algunos dirigentes del laborismo han empezado a solicitar públicamente a Barak que reconsidere su decisión de retirarse temporalmente de la política, tal y como anunció en la noche de su derrota electoral, el pasado 6 de febrero, y que acepte un puesto en el futuro Gabinete de unidad; aparentemente, la cartera de Defensa.
Descontento
Mientras el Partido Laborista avanza hacia la colaboración con el Likud incrementa el descontento e irritación de los sectores de la izquierda pacifista, que han empezado a aglutinarse en torno a dos ejes: el ministro de Justicia, Yossi Beilin, y el partido laico Meretz. El penúltimo en arrimarse a esta plataforma ha sido el ministro de Asuntos Exteriores, Shlomo Ben Ami, quien, después de una serie de mensajes contradictorios afirmando que quería ser el próximo jefe de la diplomacia en el Gobierno de unidad, aseguraba que no participará en el proyecto y que se une a los pacifistas.
La fractura dentro del Partido Laborista es cada vez más clara, aunque la última palabra la tendrán las próximas primarias, aún sin fecha concreta, en las que los sectores pacifistas se enfrentarán a los involucionistas, encabezados éstos por el ministro de Comunicación, Benjamín Ben Eliezer, un amigo personal de Sharon convertido en 'quintacolumnista de la izquierda', según militantes críticos.
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