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Villar Mir da por retirada su segunda oferta por Cantábrico al no acatar la exigencia de la CNMV

Ramón Muñoz

La CNMV ha exigido a Ferroatlántica que retire la condición de supeditar a la compra mínina del 60% del capital su OPA sobre el 100% de Hidrocantábrico, a 25,8 euros por acción.

Esta oferta, presentada el pasado 6 de febrero, era una mejora sobre la lanzada el 28 de septiembre sobre el 25% de Cantábrico, a 19 euros por acción. La CNMV, que aprobó esta última OPA (también condicionada a que acudiera el 20% del capital), considera ahora que Ferroatlántica no puede supeditar su oferta mejorada a un porcentaje mínimo de compra, puesto que empeoraría la OPA presentada el 24 de enero por la portuguesa Electricidade de Portugal (EdP) y CajAstur, que no ponían ningún límite. La firma Ferroatlántica decidió ayer no aceptar esta modificación y, por tanto, acatar la más que segura petición por parte de la CNMV de que retire la misma.

Con todo, la situación no varía sustancialmente puesto que Villar Mir sigue teniendo la prerrogativa, al haber presentado la primera OPA, de realizar la propuesta definitiva mejorando así cualquier otra que se haya presentado antes.

Encima de la mesa sigue habiendo tres ofertas sobre Cantábrico: las citadas de Ferroatlántica (a 19 euros) y EdP (a 24 euros), ambas aprobadas por la CNMV; y la que lanzó la alemana RWE el pasado 6 de febrero (a 26 euros), pendiente aún del visto bueno del organismo supervisor.

Esta última oferta ve facilitada su aprobación puesto que hubiera tenido problemas de aceptarse la de Villar Mir, al no superar el 5% de mejora sobre esta última como exige la ley.

El movimiento de Ferroatlántica pone de manifiesto que la pugna por Cantábrico está abierta y tiene bandos bien definidos, lo que forzará a una negociación salvo que uno de los interesados eleve desmesuradamente el precio. De una parte, está el grupo constituido en torno a EdP, que controla más del 35%, gracias a CajAstur y a la norteamericana TXU, que poseen el 35%, mientras que la alemana RWE cuenta con el respaldo de, al menos, el 10% del accionariado (Masaveu, Carceller y otros inversores). Ese equilibrio de poderes explica la decisión de Ferroatlántica de supeditar su OPA a un porcentaje mínimo de aceptación. Además, su posición en el consejo tampoco hubiera sido muy halagüeña dados los blindajes con que cuenta este órgano.

Esa lucha se ha dejado sentir en fuertes movimientos por hacerse con acciones de la eléctrica asturiana, incluso por encima de los precios de la OPA. Sólo el pasado viernes se negociaron más de 700.000 títulos por encima de 25,8 euros. Ayer, las acciones de Cantábrico cayeron un 0,08% y cerraron a 25,98 euros.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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