'La impaciencia de las cadenas puede cargarse un producto'

El domingo próximo, La última noche puede que haga honor a su título en Tele 5. Al menos así consta en el avance de programación que ha difundido la cadena privada: el 18 de febrero, el lugar (a las 23.15) del espacio de humor y música en directo realizado por la productora catalana El Terrat será ocupado por la película La guerra del golfo.

La guillotina cae sin piedad sobre los programas cuya audiencia flojea, y a La última noche parece que le ha servido de poco arrancar (el 21 de enero) con una cuota de pantalla del 24,5% y 2.121.000 espectadores. La fuerza cómica de los actores y la popularidad de los invitados (Paz Padilla, Santiago Segura, Antonio Resines, Estopa...) auguraban buen futuro a este espacio. Pero la reacción de sus cadenas competidoras (TVE y Antena 3) contraatacando con cine ha cercenado el impacto de La última noche. La emisión por TVE-1 de Entre las piernas (seguida de la taquillera Airbag) el 4 de febrero dejó la tercera entrega del espacio de El Terrat en millón y medio de espectadores, frente a los cuatro millones del filme protagonizado por Javier Bardem y Victoria Abril.

El equipo de La última noche no se amilana ante las incertidumbres, como lo certifica su director y también actor, José Corbacho, participante en aventuras teatrales de La Cubana, como Cegada de amor o Cómeme el coco, negro.

Pregunta. ¿Pondrán toda la carne en el asador el domingo?

Respuesta. La carne en el asador la hemos echado en todos los programas. Creemos que el próximo estará muy bien, con mucho ritmo y muy divertido. Florentino Fernández será el invitado, con la colaboración de Paula Vázquez. Actuará Jarabe de Palo y haremos parodias de Los vigilantes de la playa, Expediente X y Ally MacBeal. Confiamos en el espacio y nos gusta. Es un producto de riesgo, pero la última palabra sobre su continuidad la tiene la cadena.

P. ¿Cómo se puede sacar un producto adelante frente a las exigencias de la televisión que lo emite y la competencia feroz?

R. Salir con la presión de la audiencia es muy duro. Hemos entrado en una dinámica de vértigo, y difícilmente se pueden consolidar formatos jugándose a tres o cuatro programas. Siempre hay espacios que se venden poco a poco, sean concursos, series o espacios de entretenimiento. Creemos que en el séptimo o en el octavo programa éste se va puliendo y la gente conoce a los personajes, se contagia con el estilo. Todo necesita un tiempo de rodaje y la impaciencia de las cadenas se puede cargar un formato de calidad.

P. Las leyes de la industria audiovisual son implacables ante los programas que no arrasan continuamente. ¿Hay que aceptarlas? ¿Qué salida hay?

R. Son las reglas del juego, de la rentabilidad de las cadenas. Las aceptas, pero te reservas la opinión de estar de acuerdo o no. Hay que plantearse dónde acaba el riesgo y dónde comienza la rentabilidad. En televisión pasa como en el fútbol: priman las ganas de tener buenos números enseguida. Se dice que el 80% de los programas no funciona, pero falta saber qué habría funcionado si la cadena hubiera tenido paciencia.

P. Las críticas han sido excelentes y Tele 5 asegura que confía en La última noche, ¿qué pasa con el público?

R. Probablemente, muchos no nos conocen todavía, y eso es lo que queremos: tiempo para llegar a la gente que aún no se ha enterado de que existimos.