Blair basa su mensaje electoral en la defensa del 'mérito individual'
El primer ministro británico, Tony Blair, anticipó ayer los grandes temas de la campaña electoral que centrarán la batalla del Partido Laborista por lograr la renovación de la mayoría parlamentaria obtenida en 1997. El futuro del euro queda al margen de la agenda electoral que girará, en cambio, en un programa de reforma para construir una sociedad meritocrática. 'Abrir la economía y sociedad al mérito y talento es la misión radical de la segunda fase del neolaborismo', afirmó.
Blair convirtió su discurso frente a profesores, estudiantes y padres de un colegio londinense en un anticipo del manifiesto electoral para renovar, posiblemente el próximo 3 de mayo, su mandato al frente del Gobierno británico. 'Ha llegado la hora de construir sobre los firmes cimientos que hemos colocado en la primera fase del neolaborismo. La segunda etapa tendrá una agenda radical, en el terreno de centro que hemos hecho nuestro mientras nuestros adversarios se desvían marcadamente hacia la derecha', prometió.
Un segundo gobierno laborista actuará, dijo, 'sin los dogmas del pasado, sin barreras ideológicas, ni resacas del thatcherismo' y potenciará una sociedad con 'oportunidades para todos y responsabilidades de cada individuo'. Blair reconoció haber asimilado 'elementos' del programa conservador pero, advirtió, 'el thatcherismo tiene limitaciones' y entorpece la movilidad social.
Debate sobre el euro
La misión del primer ministro se enfoca a eliminar las barreras sociales y económicas de forma que 'todos, no unos pocos, tengan oportunidad de progresar'. 'Somos más realistas respecto al tiempo que lleva transformar las grandes instituciones, pero nos mantenemos vigorosos en nuestra ambición', explicó, tras concretar la primera fase de su mandato como un proceso de definición y delimitación del propio concepto del neolaborismo.
Sin avanzar los detalles del manifiesto, Blair trazó las líneas del debate por donde intentará encauzar la campaña. Se comprometió a profundizar o extender la reforma en áreas de educación, sanidad, seguridad social y sistema de justicia criminal sin que, dijo, 'los dogmas del pasado nos impidan dar las respuestas correctas que satisfagan nuestros ideales y ayuden a mejorar la vida de la gran mayoría'.
La cuestión del euro fue ignorada ayer por el primer ministro en una clara decisión por separarla de la lucha electoral. Blair intentó zanjar la polémica el día anterior anunciando en el Parlamento que la decisión se tomará a los dos años de un segundo Gobierno laborista.
Para la oposición conservadora, la potencial abolición de la libra en el futuro cercano es munición letal que están decididos a utilizar en su provecho. Especialmente cuando los sondeos, incluido el último Eurobarómetro, publicado ayer, limitan el apoyo al euro al 21% de la población de Reino Unido. 'Los británicos saben ahora que si votan a los conservadores están seguros de preservar la libra', dijo el líder tory, William Hague, fijando sus propios términos de la campaña electoral.
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