_
_
_
_
_

Los Gobiernos luso y británico rozaron el conflicto diplomático

'La gran presión y la arrogancia' de Ron Godderd, el que era en 1998 agregado naval británico en Lisboa, 'estuvo a punto de provocar un conflicto diplomático' entre los Gobiernos de Portugal y del Reino Unido.

La revista lisboeta Visao publicó ayer una información sobre las maniobras diplomáticas en torno al Trenchant, el submarino nuclear británico que sufrió una avería en el estuario del Tajo y atracó urgentemente en Portinho da Costa, el 9 de octubre de 1998, hasta que nueve días después se vio obligado a zarpar rumbo a su base en el Reino Unido. La tirantez empezó cuando los británicos se resistieron a que el departamento de Protección y Seguridad Radiológica luso llevase a cabo mediciones de radioactividad en el entorno del submarino y aumentó cuando Godderd intentó puentear a sus interlocutores para dirigirse directamente al ministro de Defensa y al jefe de Estado Mayor de la Armada, a los que apenas suministró información sobre el incidente.

La Marina portuguesa publicó ayer un comunicado en el que asegura que las mediciones efectuadas entonces no detectaron contaminación alguna. La Royal Navy, por su parte, señaló ayer a la agencia de noticias Lusa que la avería del Trenchant fue 'identificada pero no reparada' en Lisboa porque 'era tan insignificante que permitía el regreso del submarino a su base de Devonport (...)'.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, afirmó ayer en Madrid que la avería del Trenchant fue 'prácticamente imperceptible' y no guarda relación alguna con la del Tireless, atracado en Gibraltar desde mayo.

Otras fuentes aseguran, sin embargo, que el fallo, que supuso pérdida de agua radioactiva, no fue tan pequeño. Prueba de ello es que los mecánicos y el ingeniero que viajan a bordo no pudieron repararla y la Royal Navy envió urgentemente a un equipo de técnicos desde Devonport. Además, primero planeó remolcar el buque hasta una base británica pero después se arriesgó a encender el reactor que se había visto obligada a apagar. Cuando zarpó, el Trenchant no reanudó la misión de patrullaje que había iniciado el 3 de septiembre de 1998, sino que se dirigió a Devonport para ser reparado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_