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Trillo se niega a revelar cuántos veteranos de los Balcanes padecen cáncer

Miguel González

'No van a conseguir nunca que este ministro dé un número de casos que pueda inducir a confusión'. El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, se negó ayer, con estas palabras, a revelar la incidencia del cáncer entre los veteranos de los Balcanes, ante los requerimientos de los medios de comunicación y del senador socialista Hilario Caballero.

El ministro insistió en que las patologías que padecen algunos de los 27.000 soldados españoles que han pasado por la zona responden a etiologías muy diversas y no pueden atribuirse a la exposición a los proyectiles con uranio empobrecido arrojados por la aviación de EE UU durante las guerras de Kosovo y Bosnia.

Además, subrayó, aunque los procesos tumorales hasta ahora conocidos están dentro de las estadísticas médicas normales, todos están siendo analizados por el comité científico de asesoramiento formado en Defensa.

Trillo-Figueroa sólo reveló que hasta ahora se han realizado 6.500 análisis de sangre y orina, además de otros 3.500 adicionales para detectar cadmio y plomo y 200 más con el espectómetro de masas adquirido al efecto.

Pese a su hermetismo, Defensa tiene constancia de que al menos 22 militares destinados en la ex Yugoslavia han padecido cáncer -de los que ocho ya han fallecido-, pues la Oficina del Defensor del Soldado (ODS), una entidad privada de asesoramiento legal a los militares, le ha facilitado sus identidades. La cifra es similar a la que se produjo en Italia (30 diagnosticados y siete fallecidos), donde se originó el escándalo por el llamado síndrome de los Balcanes. Pero Defensa considera estadísticamente normal hasta 37 casos por cada 100.000 habitantes, lo que para el contingente militar español supondría hasta 80 enfermos durante el periodo 1993-2000.

'¿Es el uranio empobrecido la causa de las enfermedades de los militares españoles? Probablemente no. ¿Tienen que ver con su estancia en los Balcanes? Probablemente sí. ¿Se podrá demostrar alguna vez? Lo dudo mucho', declaró por su parte el portavoz del PSOE en la Comisión de Defensa del Congreso, Jordi Marsal. 'Pero lo importante no es si hay un caso o 40, sino que la ley lo trate con justicia', agregó.

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Con este objetivo, el Grupo Socialista presentó ayer en el Congreso una batería de iniciativas que amplían la cobertura social y sanitaria de los soldados profesionales, eliminando las discriminaciones que sufren respecto a sus mandos. Marsal reconoció que, aunque estas propuestas han surgido al calor de la polémica por el síndrome de los Balcanes, van mucho más allá e intentan cubrir las deficiencias y vacíos legales que ha generado la transición del Ejército de reclutamiento forzoso al voluntario.

Sin discriminaciones

El PSOE propone que los soldados profesionales y oficiales de complemento, como ocurría hasta 1998, tengan derecho a pensión cuando sufran una lesión o enfermedad que les incapacite para la profesión militar y no sólo para cualquier profesión u oficio. Además, pide que se les equipare a los funcionarios, a los efectos de presumir como ocurrida en acto de servicio, 'salvo prueba en contrario', cualquier lesión, enfermedad o fallecimiento en el lugar y tiempo de trabajo. También reclama que la Sanidad Militar se haga cargo del tratamiento de los accidentes en acto de servicio o enfermedades profesionales, aunque ya hayan dejado el Ejército. Igualmente, insta al Gobierno a aprobar en tres meses el nuevo cuadro de indemnizaciones para la tropa profesional, a la que se sigue aplicando el que se diseñó en 1990 para los soldados de reemplazo. Por último, quiere un tratamiento específico, en materia sanitaria y de protección social, para los veteranos de los Balcanes y otras misiones de paz.

Marsal se ofreció a consesuar esta iniciativa y se mostró convencido de que el PP aceptará su admisión a trámite, pues Trillo-Figueroa dijo que sería 'muy receptivo' con la misma. 'Ahora hay que pasar de las declaraciones a las votaciones', concluyó.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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