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Los trabajadores de Boliden temen que el cierre de la mina se adelante a marzo

El descenso simultáneo del precio del cinc y del valor del dólar en los últimos meses han vuelto a comprometer el mantenimiento de la actividad minera en la explotación de Aznalcóllar. Boliden Apirsa, acuciada por las deudas y los gastos originados por el vertido tóxico en el Guadiamar (abril de 1998), anunció en 2000 que abandonará la mina en noviembre de este año, pero ahora las condiciones del mercado han hecho plantearse a la dirección la posibilidad de realizar una parada técnica en marzo.

Un portavoz de Boliden Apirsa confirmó ayer que el consejero delegado, Karl Soderberg, comunicó esa posibilidad a los representantes del comité de empresa, que temen que la parada técnica se convierta en un cierre definitivo, según explicó el representante de CC OO, Luis Campello.

La pretensión de Boliden Apirsa era comercializar el cinc que se había extraído ya del yacimiento de Los Frailes y con su venta pagar a los 474 trabajadores (65 en expediente de regulación) y a los acreedores (la empresa está en suspensión de pagos) hasta octubre, aunque los actuales precios ponen en duda la rentabilidad de la operación.

Grietas en un muro

Fuentes de Boliden reconocieron que técnicos de la empresa habían detectado grietas en un muro que rodea el pantano que abastece Aznalcóllar y suministra agua a la mina para su actividad extractiva, tal y como advirtió la organización ecologista Adena el pasado martes. La empresa matizó que el problema de las grietas, que ya ha sido observado por técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, será reparado en 'dos o tres días'.

La organización ecologista, en su denuncia, aseguraba que varias escombreras en las que se acumulan los desechos de la actividad minera están próximas a ese muro, que delimita un túnel por el que se da salida al agua de la presa (cuando llega al máximo de su capacidad) hacia el río Agrio. Adena mantenía que la cercanía de las escombreras podía bloquear el túnel de escape del agua y provocar una rotura en la presa, extremo desmentido por la empresa.

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