Decenas de miles de personas exigen en Barcelona 'papeles para todos' los inmigrantes
'Papeles para todos' fue el único lema de la manifestación que contó con un amplio respaldo de la ciudadanía. Esa leyenda se repetía en carteles mayores o menores, en castellano, en inglés y en árabe, así como en la pancarta que abrió la concentración, que tardó más de dos horas y media en recorrer un kilómetro y medio. El acto empezó en la plaza de Catalunya y acabó en el Pla del Palau.
La manifestación, convocada por las dos plataformas que han apoyado el encierro mantenido por más de 700 inmigrantes en ocho iglesias de Barcelona, contó con la presencia de representantes de partidos políticos de izquierda, de sindicatos, de organizaciones no gubernamentales y de entidades vecinales. Ni CiU ni el PP secundaron los manifiestos que se leyeron al final del acto, justo frente a la Delegación del Gobierno de Barcelona, precisamente ante las mismas puertas en las que los inmigrantes guardaron interminables colas para intentar regularizar su situación. Por ello, la delegada del Gobierno, Julia García-Valdecasas, no se libró de algún que otro grito.
Inmigrantes que han secundado el encierro y la huelga de hambre en las dos últimas semanas participaron en la marcha; pero sólo fue un paréntesis. Todos los que salieron pensaban volver a las iglesias para seguir presionando a la Delegación del Gobierno para avanzar en el acuerdo al que se llegó en la madrugada del viernes: 'Esperamos que hoy el Síndic de Greuges [defensor del pueblo catalán, que ha actuado como mediador] reanude los contactos con los responsables de la delegación. Nosotros no pensamos dejar las iglesias mientras no se avance', explicaba uno de los portavoces de los inmigrantes encerrados. Las personas que llevan a cabo el encierro no abandonarán la medida de presión hasta que se empiece a revisar de manera 'amplia y generosa' -según los términos del acuerdo alcanzado- los 34.000 expedientes que fueron rechazados por la Delegación del Gobierno. Un pequeño grupo de inmigrantes encerrados en las iglesias han decidido seguir con la huelga de hambre.
La jornada de ayer fue, sobre todo, festiva y contó con la animación de tambores que marcaban el ritmo de un par de gigantescas calaveras que simulaban el rostro de la legislación sobre extranjería. A la manifestación le siguió un concierto solidario en la Rambla del Raval, uno de los barrios de Barcelona que concentra un mayor porcentaje de población inmigrante.
El acto reflejó la amalgama de organizaciones y movimientos que han apoyado la protesta que iniciaron los sin papeles en Barcelona desde la entrada en vigor de la nueva Ley de Extranjería.
Todos en la tarima
Al final de la manifestación se leyeron varios comunicados no sin que antes se produjera alguna que otra discusión a propósito de quién tenía que subir a la tarima, instalada frente a la Delegación del Gobierno, y en la que finalmente no cabía ni una aguja.
Mensajes de solidaridad de El Ejido y el agradecimiento de un portavoz de los encerrados a las muestras de apoyo y solidaridad que han recibido -'no hemos venido a España a declararnos en huelga de hambre, sino a trabajar con dignidad y a contribuir a enriquecer este país', afirmó- fueron seguidos de la lectura de un comunicado conjunto de los convocantes: Papeles para Todos y la plataforma Por la Ciudadanía y la Convivencia. 'La ley está dejando en las puertas de la esclavitud a más de 100.000 personas', expresó la periodista Núria Ribó al leer el comunicado que criticaba la actitud el Gobierno de José María Aznar por no tener 'voluntad política para resolver el conflicto'. El broche final lo puso la cantante Marina Rossell, quien cantó a capella El cant de l'emigrant.
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