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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Manifestación del día 27

Le escribimos en referencia a la información publicada en la sección de Madrid de EL PAÍS del domingo 28 de enero de 2001, firmada por F. J. B. y relativa a la manifestación contra la globalización económica que se celebró el día anterior, 27 de enero, convocada por el Movimiento de Resistencia Global (MRG). En dicho artículo se dice: 'Agentes del Cuerpo Nacional de Policía registraron una furgoneta que los concentrados querían introducir en la marcha. En su interior hallaron palos, piedras, escudos y neumáticos, según informó un portavoz de la Delegación del Gobierno en Madrid. Los policías inmovilizaron el vehículo en Cibeles'. Basándonos en el derecho que nos ampara, queremos exponer que:

Contrariamente a lo que se afirma en este párrafo, ni en el trayecto previamente legalizado por donde transcurrió la manifestación ni en sus alrededores existió ningún vehículo que no fuera el camión que transportaba exclusivamente la megafonía, y cuya presencia también había sido legalizada. En ese vehículo abierto, como bien pudimos comprobar los asistentes y los agentes de policía que lo registraron, no se transportó ni una sola piedra, ni palo, ni neumático, ni ningún objeto que se pueda considerar agresivo.

A las siete de la tarde, al comienzo del acto legalizado desde esa hora, un grupo de policías antidisturbios se dirigió con una actitud en extremo agresiva y violenta a un grupo de jóvenes que vestían monos blancos y se dirigían andando por el paseo de Recoletos, hacia la cabecera de la manifestación. Los jóvenes portaban en sus manos bolsas de globos, planchas de espuma plástica con neumáticos adosados simulando pateras y otros materiales completamente inofensivos, con la intención de realizar una parodia de carácter festivo como protesta contra la aplicación de la Ley de Extranjería.

Este material fue incautado por la fuerza y sin atender a la petición de la placa de identificación del mando de la policía que daba las órdenes a los agentes, y que fue requerida por los agredidos. Además, algunos de los asistentes a la manifestación que se acercaron a presenciar lo que allí estaba pasando fueron empujados por dichos agentes para impedir que ayudaran a los que estaban siendo ilegalmente agredidos por los policías. Pero, a pesar de la peligrosa provocación policial, que podría haber desencadenado incidentes o explosiones de violencia, durante más de dos horas la manifestación transcurrió pacíficamente, gracias, sobre todo, al talante persuasivo de los participantes que quieren recuperar la calle como medio de comunicación social sin tener que recurrir a la violencia.

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