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ENFRIAMIENTO ECONOMICO DE EE UU

El banco central de EE UU baja los tipos por segunda vez en un mes para evitar la recesión

La Reserva Federal (banco central) de Estados Unidos recortó ayer medio punto los tipos de interés. Fue una rebaja contundente que, sumada a la efectuada el pasado 3 de enero (entonces por sorpresa), supone un descenso del tipo básico del 6,5% al 5,5% en un solo mes. Nunca, durante los 14 años de Alan Greenspan al frente de la política monetaria, el dinero se había abaratado con tanta rapidez y con una rebaja de medio punto de una vez. Pero los mercados financieros, alarmados por la evolución de la economía, esperaban todavía más. Los índices de Wall Street cambiaron de signo nada más conocerse la noticia.

El 0,5% parecía suficiente hasta el martes, cuando se publicó la encuesta mensual sobre la confianza de los consumidores: los resultados demostraron un gran pesimismo, basado en las noticias sobre despidos en las grandes compañías y en la crisis bursátil. Wall Street comenzó a pedir una reducción del 0,75%, o incluso de un punto. Esas demandas se acrecentaron ayer, al saberse que el crecimiento en el cuarto trimestre había sido sólo del 1,4%, y seguía en descenso. Por eso el anuncio de la Reserva Federal supo a poco, y los índices Dow Jones y Nasdaq cayeron casi a plomo en los minutos posteriores a la apertura de la sesión, el momento exacto en que se dió a conocer el recorte. A media hora del cierre, sin embargo, el Dow Jones registraba un ligero avance del 0,8% mientras que el Nasdaq un retroceso del 1,81%.

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'La situación es grave y Greenspan podia haber hecho más; quizá más adelante sea demasiado tarde para evitar la recesión', opinó Lyle Gramley, economista de la Asociación de Banqueros Hipotecarios. Greenspan obtuvo, sin embargo, un voto unánime del consejo de la Reserva. Todos coincidieron en que una rebaja de medio punto era exactamente lo que convenía. El responsable de la política monetaria se vio arropado incluso por los gobernadores regionales de la entidad, los más propensos a la discrepancia.

Desconfianza en el futuro

El comunicado de la Reserva Federal se hacía eco de los temores de los analistas. 'La confianza de los consumidores y las empresas se ha erosionado todavía más, exacerbada por unos costes energéticos crecientes que reducen el poder adquisitivo y comprimen el margen de beneficio empresarial', decía la nota. Las circunstancias 'exigen una rápida y contundente respuesta en materia de política monetaria', seguía. En su conclusión, Greenspan y demás consejeros de la Fed subrayaban que el principal riesgo para la economía estadounidense radica en 'las condiciones que pueden generar más debilidad', y sugerían su disposición a seguir abaratando el precio del dinero. La próxima reunión del Consejo Federal del Mercado Abierto, el 'brazo armado' de la Reserva Federal estadounidense que suele tomar las decisiones sobre tipos de interés, está prevista para el 20 de marzo. Pero Alan Greenspan puede modificar los tipos en cualquier momento. Aunque eso es muy infrecuente, lo hizo el pasado 3 de enero, cuando consideró que la desaceleración era demasiado grave como para esperar hasta la reunión de ayer.

La Reserva Federal redujo del 6% al 5,5% el tipo de interés de los fondos federales (lo que cargan los bancos comerciales en los préstamos a 24 horas que se hacen entre ellos), y del 5,5% al 5% el mucho menos significativo tipo de descuento (lo que carga la propia Fed cuando un banco le pide un préstamo directo, algo rarísimo porque suele despertar sospechas de insolvencia). El tipo para el interbancario a 24 horas marca el objetivo de la política monetaria, y su efecto es indicativo: la Fed comprará cantidades masivas de bonos en los próximos días e inyectará con ello efectivo en el mercado, generando las condiciones para que los préstamos se abaraten.

El Bank of America fue la primera entidad comercial en reaccionar a la noticia y anunció que su tipo básico (el que se carga a los clientes más importantes y referencia para las hipotecas) descendía del 9% al 8,5%.

Habrá que ver el efecto de la rápida relajación monetaria en la evolución de la economía y si el recorte de ayer es suficiente para reanimar el consumo y para hacer subir las bolsas. Alan Greenspan sigue siendo inmensamente respetado, pero en las últimas semanas empiezan a aflorar las críticas contra su gestión. Muchos analistas consideran que el frenazo económico que empezó a registrarse tras el pasado verano, y que ha llevado a un crecimiento cercano a cero, es en parte responsabilidad del propio Greenspan. El presidente de la Fed mantuvo una política monetaria muy restrictiva durante 1999 y parte de 2000, con ocho subidas consecutivas de los tipos, para evitar un hipotético rebrote inflacionista que, según sus críticos, nunca existió.

Los demócratas también se muestran descontentos con Greenspan, por su indisimulado apoyo al nuevo presidente republicano, George W. Bush. Después de afirmar durante meses que no creía apropiada una rebaja de impuestos y que el superávit presupuestario debía dedicarse a pagar la deuda nacional, cambió de opinión y dijo que la rebaja fiscal propuesta por Bush era 'conveniente'. La función de Greenspan se limita a la política monetaria, y muchos creyeron que se extralimitó al opinar en materia de impuestos. 'Ha caído mucho en mi estima', dijo Barry Bosworth, un economista demócrata que trabajó en la administración de Jimmy Carter. '¿Quién ha nombrado a Greenspan rey económico de los Estados Unidos?', se preguntó por su parte Paul Kasriel, economista jefe de Northern Trust.

Auge de los bonos basura

El sorpresivo recorte de los tipos de interés que la Reserva Federal el pasado 3 de enero y el que se esperaba para ayer han catapultado a los bonos basura (bonos que emiten empresas con grandes necesidades de financiación a un alto riesgo) a registrar en enero su mejor momento de la última década. Los inversores, seguros de que la Reserva tomaría todas las medidas para evitar la recesión en EE UU, se lanzaron a comprar bonos basura de empresas para beneficiarse del 9% de interés que pagan, un diferencial de 3,5 puntos con respecto al precio del dinero fijado por la Reserva Federal. En enero, las empresas que emiten bonos basura han ingresado 14.000 millones de dólares tras la estampida de compras, un tercio de todo lo que ganaron en 2000. Sin embargo, los analistas recuerdan que si la Reserva toma medidas para frenar la recesión es porque existe el peligro de que ésta se produzca, por lo que el riesgo de que esas empresas que emiten bonos al 9% no puedan pagarlos es altísimo. 'Nunca he visto al mercado moverse tan rápido del miedo a la ambición desmedida', comentó ayer un analista, 'muchos inversores perderán tal vez los ahorros de su vida por esa ambición', sentenció.

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