Humor y escritura
La novela El flamboyán, la esclava y el mambí, de Luis Arturo Hernández (Vitoria) se presenta con el credencial de haber ganado el XIX Premio de Narración Corta Felipe Trigo. No es mala presentación para un texto que combina varios niveles de narración. En primer lugar, la novela parece ser la aventura humorística de un turista vasco en Cuba, con todos los tópicos al uso, desde su mismo nombre, Koldo Turitours. Pero algo más que el turismo sexual anima al protagonista de la historia: trata de localizar un ejemplar de la obra El mambí, la crónica de la pérdida de Cuba del escritor vitoriano Ignacio Salvatierra, que la escribió sin haber estado nunca en la isla y que resulta bisabuelo del protagonista.
Una esclava que porta su mujer, Libe, La Española, construye un segundo eje narrativo, como hilo narrativo de la historia de los personajes desde la pérdida de Cuba hasta el encuentro final. El motivo de la historia de un objeto, que pasa de familia en familia, sirve para desatar el interés narrativo de la trama. En tercer lugar, el interés de la escritura lleva al novelista a situarse en un estilo narrativo entre la prosa barroca, la riqueza de estilo y el pastiche. La novela se sitúa en la equidistancia entre la parodia y el homenaje a La consagración de la primavera de Carpentier y Bajo el volcán de Lowry. 'Una copia mecanografiada de La consagración del volcán, capítulo apócrifo de dos conocidas novelas al mismo tiempo, firmada con el pseudónimo de Malcolm Carpentier' (p. 86), que en el fondo es la novela que estamos leyendo.
Construida como una caja china, que dentro de una historia va escondiendo otra, la novela carece, en mi opinión, de la soltura suficiente para retener a veces al lector. Me parece que la aplicación sobre las técnicas narrativas (la presencia de varios niveles en el narrador, el juego de palabras en el título, las apelaciones a distintos narradores) ha sido el motor de la historia, y no la historia en sí misma. La vertiente cómica del texto y su parcela cómica hacen pasar un rato agradable, pero me da la impresión de que el objetivo paródico y la finalidad narrativa no terminan de casar adecuadamente. El autor parece estar más interesado por las posibilidades de la construcción de la novela de novelas que por contar una historia, como se confiesa en el texto: 'Y es que había algo de justicia poética, avizor yo siempre a la supersticiosa trama de casualidades' (p. 64). Esa tela de casualidades parece quedar en la evidencia cuando de contar se trata.
Luis Arturo Hernández. El flamboyán, la esclava y el mambí. Algaida. Sevilla, 2000. 1.400 pesetas.
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