Hyperluz extiende a Europa su franquicia de comercios

Vivir como si estuvieran en tiempos de crisis, midiendo cada inversión al dedillo y gastando apenas lo mínimo, es una de las claves del éxito del negocio de Hyperluz, una cadena de establecimientos de venta de lámparas de iluminación y decoración que está en plena expansión en España y que ya está analizando los mercados exteriores.

De momento y para este año, la empresa prevé invertir más de 300 millones de pesetas en aperturas de franquicias por España, mediante su fórmula particular 3x1, o sea, abrir tres franquicias por cada tienda propia, consolidar el negocio y desarrollar la venta por Internet al máximo. La facturación, que durante el pasado año fue de 800 millones, se prevé para 2001 superior a los mil millones de pesetas. Para finales de 2001 la empresa contará con más de cien tiendas por todo el país y un número aún indeterminado de ellas por Europa y Centroamérica, siempre en régimen de franquicia.

'Mi primera profesión fue decorador, así pude darme cuenta de que la iluminación, las lámparas, eran y son un complemento indispensable en los hogares y que, sin embargo, no se trabajaban de forma profesional, de modo que decidí afrontar ese reto', explica Mariano Carrasco, fundador y presidente de la empresa. De carácter familiar, y pese a las ofertas que han recibido interesándose por entrar en el negocio, Hyperluz tiene descartado, al menos de momento, dar entrada a nuevos socios.

La empresa celebra ahora sus 25 años y dispone de 30 tiendas, además de dos fábricas, una dedicada a desarrollar diseños propios de lámparas y otra dedicada a todos los componentes de madera que conllevan esta clase de productos; además dispone de otra empresa filial que se dedica a menaje y regalos para el hogar, denominada Central de Regalos Aragón, que entre otras cosas tiene registrada la marca Murano y distribuye sus productos fundamentalmente en la comunidad aragonesa. Y parte de sus productos los importa de Extremo Oriente. Hyperluz dispone de 20.000 referencias de lámparas, 800 de ellas de diseño propio.

Los comienzos

Lejos quedan los comienzos del negocio, que, según cuenta su fundador, 'representaron una auténtica revolución en Zaragoza, ciudad donde comenzó todo'. En aquellos momentos, eran los años sesenta, 'no había nada parecido y la acogida fue espléndida; no sólo se trataba del producto en sí, que era de buena calidad, sino que además incluía diseño y una presentación en el propio escaparate muy atractiva', señala Carrasco.

A principio de los años noventa Carrasco volvió a 'revolucionar' su negocio, y empezó a meterse en el mundo de la franquicia. Primero trataremos de cubrir el territorio español y casi en paralelo iremos al resto de Europa, sobre todo Inglaterra, donde han mostrado mucho interés por nuestas tiendas, y a Centroamérica.