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INNOVACIÓN

Grandes autocares sin esqueleto

Bova mejora su sistema de producción de vehículos de lujo sin chasis

Amaya Iríbar

Zidane, Raúl y Figo no compartieron equipo en la última Eurocopa de selecciones, celebrada en Bélgica y Holanda. Pero compartieron autobús. Todos los jugadores de ese europeo fueron de sede en sede en un Futura, un autocar de lujo que roza las 6.000 unidades y que fabrica en Holanda la empresa Bova desde hace 18 años. Este modelo y el segundo y último de la empresa holandesa han llegado a España con la intención de hacerse un hueco en el sector del transporte por carretera de larga distancia.

A los Bova se les distingue por sus grandes ventanales y por la barriga. Tienen el morro redondo y su acabado les aleja de todos los demás autocares de lujo. Pero su gran diferencia no salta a simple vista, sino que está en su modelo de fabricación: por componentes y sin chasis, que facilita hacer modelos 'casi a la medida', explica su consejero delegado en España, Alberto Aguelo. Un autocar integrado.

Esta fórmula, en la que el autocar consiste en un buen número de elementos sueltos sin una pieza central, facilita la adaptación del modelo, los cambios a las necesidades del cliente, asegura Aguelo.

La empresa holandesa ha invertido el año pasado unos 600 millones de pesetas en modernizar las líneas de producción de su fábrica de Valkenswaard, a 10 kilómetros de Eindhoven, donde está instalado uno de sus proveedores más importantes, el fabricante de motores DAF. Para fabricar uno de sus modelos, por ejemplo, se emplean siete líneas diferentes, seis de las cuales producen módulos o partes completas del mismo y la última de las mismas se limita a ensamblar estos paquetes. Todo robotizado. Aún le quedan por gastar este año otros 350 millones con el mismo fin.

El objetivo es modernizar todo el proceso para mejorar la forma de hacer los paquetes de componentes que dan lugar a uno de los dos modelos que ofrece Bova: Futura, con casi 20 años de vida y cuya unidad número 5.000 se entregó hace un año en Módena (Italia), y el Magiq, otra de las apuestas de Bova con vistas al nuevo siglo. Entre 29 y 34 millones de pesetas y unos dos meses y medio de espera hasta la entrega.

Con este segundo modelo, Bova pretende responder a las demandas del sector, las legales y las que demandan empresarios, conductores y pasajeros, con una especial atención a los elementos de seguridad y al consumo de combustible. En este sentido, todos los asientos llevan cinturón de seguridad, los maleteros interiores se cierran como en los aviones y el conductor dispone de una sola pantalla digital, desde la que controla todo el vehículo, entre muchos otros detalles. La mejora también va por dentro, así que muchos de los dispositivos que le ayudan a ponerse en marcha son controlados por circuitos electrónicos.

Con España, Bova -que facturó más de 312 millones de florines holandeses (más de 23.000 millones de pesetas) en 1999 y cuyo principal cliente es Alemania, donde en 1999 vendió 167 autocares (el 32% del total)- está presente en nueve países. La idea es ganarse al 2% del mercado, apuntando con los dos modelos -'el Futura no va a dejar de fabricarse', insiste Aguelo- directamente a las 10 compañías que fletan líneas internacionales y a un buen número de subcontratas. Esto supondría traer desde Holanda unos 40 autocares al año como primer paso para alcanzar el objetivo marcado: que el 10% de los vehículos de Bova sean matriculados en España.

Este país es también un centro de atracción turística, que Bova quiere aprovechar para dar un servicio adicional a sus clientes: una red de 40 establecimientos con experiencia en este tipo de autocares, abiertos las 24 horas y que puedan hacer las veces de concesionario. Bova España ya está negociando en este sentido y espera tener lista esta red en 2001. Para ello cuenta con una inversión de 65 millones de pesetas este año, los mismos que gastó el pasado.

Lujo chino

Los autocares de Bova recorren las autopistas europeas desde hace muchos años. En China lo harán muy pronto algunos Futura, su modelo más clásico. O, más bien, unos muy parecidos, gracias a un acuerdo firmado entre la empresa Zhongtong Bus y la compañía holandesa el pasado mes de abril. Además de la licencia, Bova ha enseñado a los operarios chinos a ensamblar sus autocares y le enviará el 80% de sus componentes. Las previsiones de Zhontong, que fabrica al año alrededor de 2.500 autocares urbanos y regionales, pasan por sacar al mercado 300 bovas para líneas de largo recorrido. Por ahora, los ciudadanos sólo han podido ver un prototipo fabricado en Holanda: el que se exhibió en una feria del automóvil el verano pasado.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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