El ídolo oscuro

Éxito arrollador el del primer concierto en España -el segundo y último tendrá lugar esta noche en el pabellón Vall d'Hebrón de Barcelona- del norteamericano Marilyn Manson, quien ya convertido en icono representa el anverso de los valores supuestamente positivos y decididamente tradicionales del país de las barras y estrellas. Marilyn podría suponer la otra cara de alguien como Madonna, el ídolo oscuro de América.

Con un sonido extraordinario y un impresionante montaje de luces, Marilyn saludó a los 4.500 espectadores que abarrotaban el recinto bilbaíno con un atronador Count to 6 & die. El concierto servía para presentar en España las canciones de su último álbum, Holy wood, pero también puso de relieve la aceptación por parte de este artista ya multitudinario de las reglas del espectáculo de masas, y evidenció su dominio de las tablas y su transformación de rockero terrible en profesional que entretiene ya dentro de los márgenes de la ortodoxia. Asusta un poco ya este Manson.

Disposable marcó la intensidad de un concierto en el que la energía y electricidad de una música excelentemente tocada por la banda, llegaron a producir momentos de calidad increíble.

Manson volvía a reencontrarse bajo los focos con sus habituales obsesiones, siempre con la misma actitud subversiva: la Iglesia, la violencia, el engaño de masas y todo lo que deriva de la sociedad occidental. Así no dudó en vestirse de papa para interpretar Valentine's day ante un altar en cuyo extremo había dos cabezas humanas. También, y ataviado con una gorra militar, se subió a un atrio en cuyo frente figuraba una cruz hecha con armas de fuego durante la canción Love song. El estribillo de la misma, coreado por todos los asistentes, reza: 'Guns, gods & government' -armas, dioses y gobierno-. Todo esto viene a revelar que Marilyn se va a hinchar a hacer canciones en la recién llegada Era Bush Jr.

Como siempre, una mención especial a sus temas clásicos, que fueron los que más enervaron e invitaron a participar al público: Beautiful people y la versión de Sweet dreams. Pero todo en general se mantuvo dentro de los cánones, de forma que la música y el espectáculo de Marilyn Manson ahora sí está en condiciones de convertirse, definitivamente, en algo para todos los públicos. En esto sí que no se diferencia de Madonna, porque Manson, además de un rockero con sentido del riesgo, ha demostrado también ser un hacha para los negocios.